El jueves 8 de noviembre de 2012 el ex concejal Aníbal Freites viajó desde Sarmiento a Comodoro a cumplir con una de sus tareas: administrar y controlar la actividad comercial del hotel “Residencial Sur”, de Maipú casi Chacabuco, en el que trabajaba su ex pareja.
Vino en colectivo desde la ciudad de los lagos -donde residía-, tal como consta en el registro de la empresa. La Fiscalía pudo probar que Freites también se dirigió en la tarde del jueves al hotel que administraba.
El primero en poner en conocimiento de la Policía de que su padre no había regresado a la ciudad de Sarmiento fue su hijo Juan. La hipótesis que nunca se pudo comprobar sostenía que el 9 de noviembre a las 2 de la madrugada a Freites lo golpearon y torturaron con una picana, para luego esconder su cuerpo desvanecido en un depósito del hotel.
La misteriosa desaparición del hombre representa un caso complejo para los investigadores porque no se ha podido probar el presunto homicidio pese a tener sospechosos detenidos. Y tampoco, a casi 20 meses de su desaparición, se lo ha podido ubicar. Ni vivo, ni muerto.
“La investigación de Freites comienza cuando de una camioneta bajan a una persona, supuestamente viva, y lo meten a ese lugar. Ahí avisan y van dos oficiales y dos refuerzos, inspeccionaron todo y no vieron rastros de nada, no levantaron sangre, nada” cuenta el fiscal, Marcelo Crettón.
La investigación que sostuvo hasta donde pudo la Fiscalía es que cerca de las 2 de la mañana del viernes 9 Freites había sido atacado en el interior del hotel por los sospechosos que fueron llevados a proceso, David Leonel Medina (23) y Rocío Antonella Barrionuevo (25), una pareja cordobesa que se había alojado en el hotel y que fueron detenidos en Río Cuarto por la Brigada de Investigaciones. Aunque finalmente fueron sobreseídos por la falta de pruebas.
“PICANEADO”
Según esta hipótesis, Freites habría recibido contundentes golpes y potentes descargas eléctricas en distintas partes de su cuerpo con una especie de picana. Una vez desvanecido por completo, fue ocultado en el depósito que existe en la planta baja del mencionado residencial que llamativamente fue el único espacio que no se inspeccionó en un primer momento cuando tomó intervención la Policía. Fue cuando un testigo alertó a la policía sobre los golpes que estaba recibiendo una persona en dicho residencial, sobre las 2:30. Y tras ese alerta se acercó al lugar una dotación policial.
Según la investigación, en esa oportunidad Morelli los atendió y aseguró desconocer cualquier irregularidad. Incluso cuando le pidieron que les mostrara el depósito -donde habrían ocultado al ex concejal de Sarmiento-, la mujer les habría dicho que no tenía la llave.
Los investigadores en un primer tramo de la investigación también centraron sus sospechas en Morelli, quien esa madrugada se encontraba en el mismo edificio y que según un testimonio para evitar que se oyeran los gritos mientras torturaban a Freites, aumentó al máximo el volumen del televisor en lugar de prestarle algún tipo de ayuda.
La mujer en declaraciones radiales en su momento expresó “llegó de noche, tomó unos mates, cenó con nosotros y dijo que iba a salir. Yo ya me había acostado a dormir, en algún momento salió. Yo personalmente dije ‘se debe haber ido a tomar por ahí’. Lo primero y principal es que quiero que por favor aparezca este hombre porque acá me están haciendo cargo de algo que nada que ver”.
Finalmente, tras permanecer brevemente en prisión domiciliaria, Morelli fue sobreseída, como así también la pareja de sospechosos.
La investigación de la Fiscalía, sostenía que a las 6 de ese día el cuerpo de Freites fue retirado del lugar. Del edificio lo habrían sacado en un auto, pero se desconocía al lugar donde fue trasladado.
En un Fiat Palio, la Policía Científica secuestró un pelo de Freites. Sin embargo, todos los lugares inspeccionados eran frecuentes para Freites, por lo que esos indicios no decían mucho si no se los cruzaba con alguna prueba más fuerte. “Realmente no surgía evidencia como para decir quién fue” sostiene el fiscal.
Para Crettón, lo que tampoco se descubrió fue si la pareja cordobesa que estuvo hospedada de manera transitoria tuvo algún altercado particular con él.
“Nosotros obviamente creíamos que nos iban a dar positivo las dos ruedas y llamativamente la testigo ni siquiera dijo rasgos parecidos. Después tampoco cuando se la indagó más en profundidad; dice que no más que unos golpes. No pudimos determinar la violencia empleada” explicó Crettón sobre cómo se fueron cayendo las pruebas.
Esa era la testigo más fuerte que tenía la Fiscalía, pero después al no reconocer a la sospechosa porque supuestamente tenía otro color de cabello, “perdió fuerza porque no le dio entidad a lo que había visto. Encima no teníamos a través de ella la causal si hubiese encontrado quién mandó a estos dos supuestos a la emboscada” dijo Crettón.
El caso en un principio empezó como presunto homicidio, pero Crettón siempre lo consideró un desaparecido. “La Brigada trabajó muy bien. El principal problema es no encontrar el cuerpo. El cuerpo es lo que a nosotros nos corta el nexo causal para poder determinar al final si realmente sucedió y si realmente sucedió ahí, de acuerdo a lo que podamos determinar de la parte temporal” dijo el fiscal general.
En la causa también hubo un testigo al que le había llegado un mensaje del propio Freites, en el que daba cuenta de que lo querían matar o mandar a matar, pero ese mensaje no pudo ser aportado por el testigo. Dijo que se le había borrado del teléfono.
MENSAJES Y HUESOS QUE NO ERAN TALES
La Fiscalía tiene la posibilidad, a través de un sistema de decodificación telefónica de origen israelí, de poder saber si fue borrado el mensaje, pero se analizó el teléfono del testigo y el mensaje no estaba.
“Pudo haber sido por una cuestión técnica, pero no se pudo determinar. No es que mintió. El actuó diciendo quizás que eso no iba a pasar” comenta el fiscal sobre esa prueba.
Mientras tanto, el domingo 3 de febrero del año pasado, ante el hallazgo de restos óseos con parte de cal en la playa de Rada Tilly se especulaba que podían ser de Freites. De ahí es que se llegó a suponer que a la víctima la habrían colocado en algún recipiente con cal viva para desintegrarlo.
Los huesos finalmente fueron enviados al CENPAT de Puerto Madryn para que se cotejara con el ADN obtenido de familiares directos de Freites, pero esa prueba nunca llegó a realizarse porque los expertos del centro patagónico descubrieron que los supuestos huesos humanos resultaron ser de un felino silvestre.
El fracaso de esa prueba que pudo haber reforzado la hipótesis del homicidio le puso punto final a la causa y en virtud del vencimiento del plazo de investigación, desde la propia Fiscalía se resolvió instar el sobreseimiento de los tres imputados ante la falta de pruebas para poder acusarlos.