Luego de un poco más de cuatro años de instrucción judicial, la causa por el hallazgo de los 110 kilos de cocaína descubiertos en las bodegas de la empresa pesquera Poseidón de Puerto Madryn, tuvo su juicio oral y público que se inició a principios de agosto en Rawson y concluyó ayer con la condena para cuatro de los procesados.
El importante cargamento de cocaína -considerada por las autoridades judiciales de altísima calidad- fue descubierto el 10 de junio de 2013 en la mencionada empresa perteneciente a Omar “Cura” Segundo. Fue a través de un llamado que alertó a la Justicia sobre la existencia de la droga en la planta pesquera.
La cocaína proveniente de Mar del Plata se encontraba oculta en cajas de langostinos, preparadas para su exportación desde el puerto madrynense a España.
Durante la investigación fueron imputados Segundo, Nicolás Seoane, Alejandro Pennisi, Juan Burgos y el español Alfredo Aranda Barberá, único detenido en el marco de la causa.Si bien otro ciudadano español, Salvador Parra Gómez, fue detenido en el marco de esta investigación, la negativa del gobierno de ese país a la extradición del mismo imposibilitó su enjuiciamiento en esta oportunidad.
La acusación fiscal consideró partícipes necesarios de transporte de estupefacientes a Aranda Barberá, Seoane y Burgos. Mientras a Segundo le tribuyeron ser el autor de almacenamiento de la droga, y Pennisi -directivo de la empresa y quinto imputado- fue absuelto por no hallar evidencias en su contra.
En ese marco, el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia conformado por los jueces Jorge Guanziroli, Nora Cabrera de Monella y Luis Alberto Giménez, ayer al mediodía dio a conocer el fallo. Condenaron a Segundo, Seone y Aranda Barberá a la pena de 9 años de prisión efectiva. Y el taxista Burgos recibió una pena de 4 años de cárcel.
UN CURA PROTAGONICO
Durante el debate quedó acreditado que Segundo tuvo un “protagonismo permanente” debido a que les prestó a los españoles Barberá y Parra Gómez el nombre de una de sus empresas, Consermar, para que pudieran exportar las cajas de langostino con la droga disimulada.
Su consentimiento y sus vínculos comerciales y personales fueron necesarios para esta maniobra, expuso el fiscal Teodoro Nürnberg durante el debate.
El acusador federal repasó al menos 50 contactos telefónicos del Cura con Seoane durante los días en que la droga se preparó en Mar del Plata y llegó a Puerto Madryn donde fue descubierta.
Segundo era dueño de Poseidón, Alpesca, parte de Consermar y la Cooperativa de Trabajo Los Marplatenses, donde figuraba en las etiquetas de los langostinos donde estaba la droga.
Segundo relacionó estas cuatro empresas y esta vinculación se reflejó documentalmente en las etiquetas, los permisos sanitarios y los remitos, argumentó Nürnberg al sostener la acusación y consideró que el exdueño de Alpesca no sólo proveyó la cámara Nº5 para guardar la droga, sino que tuvo un activo involucramiento personal en resguardo de la carga tóxica. No hay otra interpretación para sus comunicaciones, analizó.