Por Lorenzo Martins
[email protected]
En un final para el infarto, Próspero Palazzo logró el ascenso al fútbol de la A de Comodoro Rivadavia, al empatar 1-1 con su clásico rival, Manantiales Behr de Ciudadela, en la revancha de la promoción disputada el sábado 12 de Enero en el estadio municipal. Asistió la hinchada de Palazzo, pese a que no tenía permitido su ingreso. De todas maneras, la fiesta se terminó en paz.
Al “Aguilucho” le alcanzó con la igualdad para lograr el objetivo, ya que en el encuentro de ida había ganado 2-1. El “Gaucho”, que tenía ventaja deportiva, no pudo evitar el descenso pese a jugar la mayor parte del partido con un hombre más.
Fue parejo el desarrollo, con dos equipos decididos a atacar. Arrancó mejor el conjunto de Kilómetro 9, con más dominio de la pelota y con dos llegadas en los primeros minutos, aunque sin demasiada trascendencia.
La primera chance clara la generó el “Gaucho”, con un tiro libre de Lucas Onit que atajó Matías Beltrán junto al palo.
Los de Félix Antognoli contestaron con un disparo de Emiliano Carrizo que tenía destino de gol, pero pegó en la nuca de Franco Quintero, quien luego metió un “bombazo” en el poste.
Estaba para cualquiera. Luego de un tiro libre de Marcos Lamas, que tapó Andrés Oyarzún junto al palo, llegó el gol de Palazzo a los 31’. En una jugada que parecía intrascendente, falló la defensa de Ciudadela, Carlos Cedán quedó solo frente al arquero y definió con certeza, en lo que a la postre sería el gol del ascenso para el “Aguilucho”. Fue el premio al trabajo para Cedán, quien peleó todas las pelotas arriba.
En el conjunto de Adrián Romero, quienes hacían la diferencia eran Franco Quintero y Lucas Onit. Este último estuvo a punto de empatar antes del entretiempo, con un tiro libre que dio en el travesaño.
Cuando se terminaba la primera fracción, Emiliano Carrizo se hizo expulsar infantilmente y dejó comprometido a Palazzo, al cometerle una falta desde atrás a Quintero en mitad de cancha.
Como se preveía, Ciudadela salió a apretar en la segunda parte, y a los 9’ empató con un golazo de Quintero, quien recibió la pelota que había quedado boyando y, en la puerta del área, sacó un remate que se clavó en el ángulo.
Sin embargo, el partido se cayó rápidamente, porque el “Gaucho” se quedó sin ideas y el “Aguilucho” se reacomodó con un esquema defensivo.
Con Ciudadela jugado entero, Palazzo casi anota el segundo a los 38’. Tras un centro, Cedán no pudo dominar el balón en el medio del área. La pelota le quedó al ingresado Brian Campos y su remate fue tapado por el arquero Matías Beltrán, abajo y junto al palo.
Los últimos minutos fueron un martirio para los de Kilómetro 9, porque el “Gaucho” intentó entrarle por todos lados. A los 41’, la pelota pegó en el codo de César Larroudé, dentro del área, y todo Ciudadela reclamó penal.
A los 43’, ambos elencos quedaron en igualdad numérica, tras la expulsión de Fabián Fritz. Ciudadela intentó hasta el final y Palazzo se defendió metido en su área, hasta que el árbitro Pablo Sosa dio por finalizado el partido, generando la locura del “Aguilucho” y la desazón del “Gaucho”, en una tarde donde afloraron las emociones y no hubo que lamentar incidentes.
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En un final para el infarto, Próspero Palazzo logró el ascenso al fútbol de la A de Comodoro Rivadavia, al empatar 1-1 con su clásico rival, Manantiales Behr de Ciudadela, en la revancha de la promoción disputada el sábado 12 de Enero en el estadio municipal. Asistió la hinchada de Palazzo, pese a que no tenía permitido su ingreso. De todas maneras, la fiesta se terminó en paz.
Al “Aguilucho” le alcanzó con la igualdad para lograr el objetivo, ya que en el encuentro de ida había ganado 2-1. El “Gaucho”, que tenía ventaja deportiva, no pudo evitar el descenso pese a jugar la mayor parte del partido con un hombre más.
Fue parejo el desarrollo, con dos equipos decididos a atacar. Arrancó mejor el conjunto de Kilómetro 9, con más dominio de la pelota y con dos llegadas en los primeros minutos, aunque sin demasiada trascendencia.
La primera chance clara la generó el “Gaucho”, con un tiro libre de Lucas Onit que atajó Matías Beltrán junto al palo.
Los de Félix Antognoli contestaron con un disparo de Emiliano Carrizo que tenía destino de gol, pero pegó en la nuca de Franco Quintero, quien luego metió un “bombazo” en el poste.
Estaba para cualquiera. Luego de un tiro libre de Marcos Lamas, que tapó Andrés Oyarzún junto al palo, llegó el gol de Palazzo a los 31’. En una jugada que parecía intrascendente, falló la defensa de Ciudadela, Carlos Cedán quedó solo frente al arquero y definió con certeza, en lo que a la postre sería el gol del ascenso para el “Aguilucho”. Fue el premio al trabajo para Cedán, quien peleó todas las pelotas arriba.
En el conjunto de Adrián Romero, quienes hacían la diferencia eran Franco Quintero y Lucas Onit. Este último estuvo a punto de empatar antes del entretiempo, con un tiro libre que dio en el travesaño.
Cuando se terminaba la primera fracción, Emiliano Carrizo se hizo expulsar infantilmente y dejó comprometido a Palazzo, al cometerle una falta desde atrás a Quintero en mitad de cancha.
Como se preveía, Ciudadela salió a apretar en la segunda parte, y a los 9’ empató con un golazo de Quintero, quien recibió la pelota que había quedado boyando y, en la puerta del área, sacó un remate que se clavó en el ángulo.
Sin embargo, el partido se cayó rápidamente, porque el “Gaucho” se quedó sin ideas y el “Aguilucho” se reacomodó con un esquema defensivo.
Con Ciudadela jugado entero, Palazzo casi anota el segundo a los 38’. Tras un centro, Cedán no pudo dominar el balón en el medio del área. La pelota le quedó al ingresado Brian Campos y su remate fue tapado por el arquero Matías Beltrán, abajo y junto al palo.
Los últimos minutos fueron un martirio para los de Kilómetro 9, porque el “Gaucho” intentó entrarle por todos lados. A los 41’, la pelota pegó en el codo de César Larroudé, dentro del área, y todo Ciudadela reclamó penal.
A los 43’, ambos elencos quedaron en igualdad numérica, tras la expulsión de Fabián Fritz. Ciudadela intentó hasta el final y Palazzo se defendió metido en su área, hasta que el árbitro Pablo Sosa dio por finalizado el partido, generando la locura del “Aguilucho” y la desazón del “Gaucho”, en una tarde donde afloraron las emociones y no hubo que lamentar incidentes.