Ramallah (Télam)
"Desde el principio enfrenté obstáculos que desposeyeron al Ministerio de sus poderes y vaciaron mi cargo de autoridad», dijo el ministro Hani Kawasmeh al anunciar su renuncia en una conferencia de prensa en la que acusó al primer ministro Ismail Haniyeh y al presidente Mahmud Abbas de no apoyarlo.
«Le dije a todas las partes, incluyendo al Presidente y al primer ministro, que debía tener plena autoridad para ser capaz de llevar a cabo mis obligaciones», agregó Kawasmeh, un independiente elegido de común acuerdo por Hamas y Al Fatah para el cargo de ministro del Interior, que controla las fuerzas de seguridad.
Ocho palestinos murieron y 52 resultaron heridos desde el domingo en enfrentamientos callejeros entre militantes de Hamas y Al Fatah en Gaza, incluidos cuatro fallecidos ayer en un choque armado en Gaza, dijeron fuentes médicas y policiales.
En un estado de máxima tensión, cientos de hombres armados y enmascarados fueron vistos ayer en las calles de Gaza, apostándose en los alrededores de los edificios de gobierno, de las casas de los principales líderes y dirigentes y en otros sitios delicados.
La decisión de Kawasmeh constituye un durísimo golpe para el gobierno palestino puertas adentro, y además podría acarrear graves complicaciones para la relación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) con la comunidad internacional y con Israel.
En el plano interno, la renuncia pone en riesgo la continuidad de la coalición de gobierno entre Hamas y Al Fatah, que se formó en marzo con el objetivo doméstico de contener la violencia interna, que paralizaba la administración pública.
SIGUEN LOS
ENFRENTAMIENTOS
El nombramiento de Kawasmeh había respondido a la necesidad de poner fin a la puja Hamas-Fatah por el control de las fuerzas de seguridad. Su renuncia refleja que la disputa persiste y vuelve a abrir la discusión sobre quién ocupará el cargo, mientras que los nuevos enfrentamientos hacen más difícil llegar a un acuerdo.
Una eventual disolución de la coalición de gobierno podría tener profundas repercusiones también en el terreno internacional, porque el gobierno palestino se formó también con el objetivo de obtener el reconocimiento que la comunidad internacional e Israel negaban al anterior gobierno monopolizado por Hamas.
Israel aún no reconoce al gobierno porque Hamas sigue en él, pero sí comenzó a mantener reuniones periódicas con Abbas, miembro de Al Fatah. Gracias a la presencia de Abbas en el gobierno, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, que consideran a Hamas un grupo «terrorista», mostraron un tibio reconocimiento a la ANP.
Kawasmeh, un ex funcionario público no afiliado a Hamas ni a Al Fatah, había propuesto la integración gradual en un solo comando de las fuerzas de seguridad que responden a ambas facciones rivales.
Pero el plan no avanzó por la oposición de ambos partidos gobernantes a ceder el control a un comando unificado, y hace dos semanas Kamasmeh había amenazado con dar un paso al costado por la negativa a aceptar su propuesta.