En esta segunda jornada de la medida de fuerza por cuestiones salariales, pedagógicas, administrativas y comienzo de una etapa de extensión horaria en escuelas primarias, a mediodía hubo una movilización de maestras y maestros hasta la sede de la Dirección Regional Zona Norte del Consejo de Educación, ubicada en la avenida Eva Perón.
En ese lugar los manifestantes, mostrando pancartas con leyendas críticas al gobierno y entonando cánticos de protesta, entregaron un petitorio a las autoridades del organismo.
A través del mismo rechazan el 4 % de incremento salarial que se les otorgó para el mes de enero ya que ese porcentual no alcanza para compensar el acuerdo por la cláusula gatillo acordada en mesa de paritarias.
Además, sostienen, la canasta familiar en esta zona de la Patagonia oscila en los 182 mil pesos y el sueldo de un maestro ingresante oscila en los 100 mil.
Otro de los puntos del petitorio alude al rechazo a la extensión de la jornada escolar, que por ahora es una prueba piloto y en Caleta Olivia comenzó a ponerse en vigencia en la Escuela Primaria N° 36 del barrio Miramar.
Según lo indicó el secretario general de la filial, esta medida adoptada por el CPE no fue consultada al gremio ni a los padres. “Esta jornada extendida significa más horas de trabajo para los docentes y el incremento salarial sería ínfimo e incluso casi imperceptible para preceptores, por lo cual todo es una improvisación”.
En ese marco, la madre de un alumno que acompañaba la protesta docente, dijo que la extensión de clases es perjudicial ya que, a modo de ejemplo, su hijo deberá abandonar otras actividades como ser deportivas o cursos de idioma particulares.
Además, apuntó, les genera contratiempos porque no se sabe si se les asegurará una merienda a los estudiantes, si los padres deben ir a buscarlos para que almuercen en sus casas o bien deben llevar sus alimentos, algo que generaría diferencias entre las familias de acuerdo los recursos económicos.