El gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, recibió ayer en su casa al obispo de Río Gallegos, monseñor Juan Carlos Romanín, lo que fue considerado como un gesto de acercamiento entre el gobierno y la Iglesia para encontrar una salida al conflicto en la provincia.
Poco después de las 11, monseñor Juan Carlos Romanín, llegó a la casa del gobernador, ubicada en un populoso barrio, alejado del centro capitalino.
Con guardia periodística en la puerta de la residencia del mandatario, ambos dialogaron por espacio de 20 minutos.
A la salida, Romanín se excusó de realizar declaraciones sobre el conflicto y dijo, «vine a saludar al gobernador porque al momento de producirse su asunción yo estaba en misión pastoral por el interior de la provincia».
El religioso confirmó que el gobernador le comunicó que viajaría por la tarde a Buenos Aires para reunirse con los docentes y añadió que acordaron de encontrarnos «cuando él (por el gobernador) vuelva de Buenos Aires».
Finalmente, el prelado manifestó tener «esperanza» porque en las próximas horas pueda «solucionarse en conflicto».
Daniel Peralta viajó poco después de las 14 a Buenos Aires para sumarse a la mesa de negociaciones que se concretó en la sede del Ministerio de Trabajo de la Nación, entre representantes gremiales de la Adosac y de los gobiernos nacional y provincial.