Pérez Esquivel sufrió una descompensación y permanece internado 

El premio Nobel de la Paz fue atendido en la Unidad Presidencial de Chapadmalal y luego derivado a una clínica privada de Mar del Plata. "Se encuentra bien de ánimo. Los estudios realizados hasta ahora dieron buenos resultados", afirmó la familia.

Adolfo Pérez Esquivel, el argentino que fue galardonado en 1980 con el Premio Nobel de la Paz, sufrió una descompensación este domingo, cuando se encontraba en la ciudad de Mar del Plata.

El activista por los derechos humanos, que recientemente cumplió 90 años, se descompensó en la vivienda en la que se encontraba junto a familiares, fue atendido en la Unidad Médica Presidencial ubicada en Chapadmalal y posteriormente derivado a una clínica privada de Mar del Plata, donde le practicaron una tomografía para descartar que se tratara de un accidente cerebro vascular (ACV), como se creyó inicialmente.

“Afortunadamente se encuentra estable”, afirmaron allegados a Pérez Esquivel en una primera declaración, al canal C5N.

Luego, alrededor de las 15, la familia publicó un comunicado en Twitter para llevar tranquilidad: “Queridxs amigxs y compañexs: Adolfo se encuentra bien de ánimo, estuvo caminando y almorzó. Los estudios realizados hasta ahora dieron buenos resultados”.

“Por precaución, se quedará en observación 24 hs. con análisis complementarios para ver su evolución. Cualquier novedad les estaremos haciendo saber. Agradecemos la preocupación y a quienes se han comunicado con nosotros preguntando por Adolfo”, agregaron.

“Al igual que Uds. esperamos y deseamos su pronta mejoría. Les mantendremos informados ante cualquier novedad”, concluyeron el mensaje, que fue firmado por la familia Pérez Esquivel y el SERPAJ, la organización social Servicio de Paz y Justicia de Argentina, que el Premio Nobel fundó en 1973.

UN LUCHADOR CON HISTORIA

Tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, el Serpaj asumió una tarea activa en la defensa de las víctimas del terrorismo de Estado en Argentina, y colaboró en la conformación de grupos como Madres de Plaza de Mayo y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas.

En 1977, los agentes de la dictadura cívico militar lo secuestraron y torturaron en dependencias de la Policía Federal, y durante su cautiverio se salvó de ser arrojado a las aguas del Río de la Plata como parte de los denominados “Vuelos de la Muerte”, uno de los métodos que empleaban los militares para desaparecer a los detenidos.

Sin juicio, fue detenido a disposición del Poder Ejecutivo que encabezaba el dictador Jorge Rafael Videla, y en esa condición permaneció durante 14 meses y durante el mismo período bajo libertad vigilada.

El 13 de octubre de 1980, Pérez Esquivel recibió en la sede de la embajada noruega en Buenos Aires la noticia de su designación como Nobel de la Paz, decisión que representó un duro golpe para la dictadura y aire fresco para las organizaciones que buscaban canales para difundir las violaciones a los derechos humanos que se multiplicaban en el país.

Un día después de conocerse el premio, el dirigente dio una conferencia de prensa en la sede del Servicio de Paz y Justicia, con imágenes del Papa Juan Pablo II y el cardenal Arnulfo Romero detrás, en la que juzgó que la elección lo animaba a “continuar el trabajo para crear una sociedad en la que el hombre pueda vivir más dignamente. Es evidente que en Argentina no se respetan los derechos humanos: existen miles de desaparecidos, los niños nacen en las cárceles… Nuestro trabajo consiste en buscar una solución a este drama por la dignidad de la persona”, subrayó entonces.

En la actualidad, además de ser presidente del Consejo Honorario del Servicio Paz y Justicia Latinoamericano y de la Comisión Provincial por la Memoria, es presidente de la Liga Internacional para los Derechos Humanos y la Liberación de los pueblos, con base en Milán, Italia. También es miembro del Tribunal Permanente de los Pueblos e integrante del Comité de Honor de la Coordinación internacional para el Decenio de la no violencia y de la paz.

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