Presidente paraguayo pone a gerentes de sus empresas a controlar el gobierno

El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, admitió ayer que gerentes de sus empresas particulares fiscalizan el trabajo de organismos estatales y le informan y asesoran sobre su funcionamiento, y destacó que se trata de gente de su “total confianza”.
Cartes reaccionó de esa manera ante las críticas de medios y legisladores que denunciaron la presencia de representantes de sus empresas en tareas extraoficiales de gestión, y lo acusan de querer manejar el Estado como si fuera una de las 23 firmas que se le adjudican.
El mandatario aseguró que no le preocupan “las censuras de la oposición y los medios” porque se trata de un equipo de hombres de su “entera confianza”. “Me están ayudando en la tarea de hacer una gran gestión”, afirmó.
A las primeras denuncias sobre los llamados “hombres-sombra” de Cartes como virtuales inspectores del funcionamiento de ministerios y otros organismos, se sumó la presencia de algunos de ellos en sesiones del Consejo de Ministros.
Una fotografía mostrada ante el pleno del Senado por el legislador liberal Miguel Abdon Saguier mostró a José Ortiz, presidente de Tabacalera del Este, y a Francisco Barriocanal, de Gaseosas Plup, las dos empresas de Cartes, en una reunión del gabinete ministerial.
Se señaló también como parte del grupo a Osvaldo Salum, otro de los gerentes, y Hugo Carrillo, presidente del Banco Amambay, este último centro de un debate público por aparecer en uniforme de combate y portando armas en una operación militar.
Cartes redobló la apuesta al afirmar que está dispuesto a “aumentar el grupo” de asesores cuando lo considere necesario.
“Quiero que me reten si estoy falsificando plata del Estado; ellos trabajan ad honoren. Yo no estoy traficando influencias. Ellos asesoran y yo tengo la obligación de intentar hacer lo mejor posible. Los asesores son para que te asesoren”, expresó, según la agencia Prensa Latina y sitios de diarios asunceños.
En la misma línea, remarcó que se hubiera “preocupado si decían que el gobierno está envuelto en casos de corrupción”, insistió en que “lo que importa no es lo se dice, sino hacer una buena gestión, que esté al servicio de todos” y se declaró “convencido de que para cada lugar debe haber un especialista”.
Las críticas llegaron desde el mismo oficialista Partido Colorado, que reclamó que los asesores sean políticos y no empresarios.
Alfonso Orella, de la conducción central, manifestó que “no existen los asesores ad honorem, ya que se benefician estando cerca del presidente Cartes” y “aprovechan la cercanía para enriquecerse con el tráfico de influencias”.
Aldo Cantero, otro dirigente partidario, afirmó que el Estado en sí no está avanzando y que los colorados piden “coloradizar desde un extremo al otro el Estado, porque se precisa de asesores políticos que tengan más juego de cintura”.

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