Prorrogan por dos meses la prisión para los imputados por el homicidio de Alan

Se realizó ayer la revisión de la prisión preventiva de los hermanos Ángel Eduardo, Sebastián, Kevin Edgardo y Marcelo Fabián Ibáñez. A pedido de la Fiscalía, el juez natural de la causa, Alejandro Soñis, prorrogó por dos meses la prisión preventiva de los sospechosos y también extendió por 60 días el plazo de investigación.

En la Oficina Judicial de Comodoro Rivadavia, se efectuó ayer la revisión de la prisión preventiva de los hermanos Ibáñez -Angel Eduardo, Sebastián, Kevin Edgardo y Marcelo Fabián- quienes están imputados provisoriamente por “privación ilegal de la libertad agravada por haber sido cometida contra un menor de edad, por las lesiones graves causadas a una de las víctimas, por la pluralidad de partícipes y por la muerte de una de las víctimas, en calidad de coautores”.

La víctima es Alan Nahuelmilla, de 17 años y también sufrió vejaciones un joven que fue privado de su libertad junto a él y que se convirtió en testigo clave de la causa. El caso ocurrió entre la noche del 14 de abril de este año y la madrugada siguiente.

La fiscal Camila Banfi, quien lleva adelante el caso, ahora tendrá dos meses más para investigar y preparar la acusación ya que el juez Alejandro Soñis ayer otorgó una prórroga de 60 días en la investigación ante la solicitud del Ministerio Público Fiscal.

A la vez el juez de garantías dictó otros dos meses de prisión preventiva para los imputados, hasta que el plazo de la investigación concluya. Lo basó en los peligros procesales de fuga y entorpecimiento de la investigación y por la gravedad de los hechos. Es que los imputados arriesgan una pena de prisión perpetua si es que son encontrados culpables.

Hay que recordar que tres de los imputados fueron reconocidos por el testigo clave durante la rueda de identificación de personal. Y aunque para Angel Ibáñez la rueda de reconocimiento fue negativa, la Fiscalía cuenta con otras pruebas que fundamentan que también permanezca en prisión preventiva.

TORTURAS

El caso que investiga la Fiscalía se inició el 14 de abril, alrededor de las 23, cuando Alan Nahuelmilla y su amigo circulaban por la calle Los Duraznos, en Zona de Quintas del Máximo Abásolo y fueron emboscados por cuatro hombres armados.

Además de ser maniatadas, las víctimas fueron atadas con una soga al paragolpes trasero de una camioneta y arrastradas con el vehículo hasta la vivienda de uno de los secuestradores.

En esa víctima los captores sometieron a Alan y a su amigo a diversos tipos de castigos físicos como golpes de puño, puntapiés, golpes en la cabeza con una pala, también con la cacha de armas de fuego. Y a uno de ellos le cortaron las orejas con un alicate en reiteradas oportunidades. Asimismo los desnudaron y les tiraron agua fría mientras disparaban al cielo y amenazaban con matarlos. Les reclamaban que les dijeran dónde estaba un televisor que le habían robado a uno de ellos.

Los tormentos se extendieron por unas cuatro horas, mientras grababan con sus teléfonos celulares la agresión.

Ya en la madrugada del 15 de abril, los hombres se retiraron del lugar llevándose a Alan. Lo arrastraron hasta el domicilio de uno de sus tíos, en el barrio Abásolo, donde los abandonaron.

Al regresar al lugar, los captores aún mantenían retenido a quien al sobrevivir se iba a convertir en testigo clave de la causa judicial. Lo continuaron golpeando hasta alrededor de las 8, cuando lo liberaron después de amenazarlo para que no denuncie lo sucedido. Así logró llegar hacia su domicilio, desde donde fue trasladado al Hospital Regional con heridas de carácter grave.

Mientras tanto, los familiares de Nahuelmilla lo trasladaron hacia el Hospital Regional donde luego de unas horas falleció por “traumatismo grave de cráneo por hemorragia intra-cerebral a causa de los golpes recibidos”.

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