Revista Petroquímica (Enero 2013)
Aunque con menor intensidad de lo que proyectaban algunos a partir de la renacionalización de YPF, que apuesta a traccionar la operación del upstream, la actividad en los yacimientos petroleros se incrementó en los últimos meses. La cantidad de equipos de perforación activos en todo el país se elevó hasta los 92 en octubre, un 18,3% más que en el mismo mes del año pasado, cuando estaban en funcionamiento sólo 77. El alza motivó que las petroleras estén buscando alternativas para incorporar nuevas máquinas. Algunas tienen previsto, incluso, viajar a Estados Unidos para importar equipos de drilling.
También se expandió un 4,61 el número de equipos de workover, que pasó de 142 durante el año pasado a 149 en la actualidad. La cantidad de unidades de pulling, en tanto, se mantuvo prácticamente invariante (-1,65%), según datos de Tecnopatagonia.
Aun así, más allá de las estadísticas favorables, en el mercado preocupan una serie de factores que complican el escenario actual y a mediano plazo de los proveedores de servicios petroleros. Entre las novedades desfavorables figura la erosión de la estabilidad gremial al sur de la Patagonia, en especial en Chubut, que este año sufrió una serie de conflictos sindicales que redujeron el nivel de actividad (el más incendiario fue la toma de Los Dragones del yacimiento Cerro Dragón, de PAE).
“Hoy en día, operar en Chubut, al igual que en Santa Cruz (que viene perdiendo nivel de actividad desde hace rato), es complicado. Sobre todo porque los conflictos se originan, mayoritariamente, por disputas internas de los sindicatos”, explicó Gustavo Smidt, gerente ejecutivo de la Ceope, la cámara que nuclea a las empresas de servicios petroleros.
Otro de los temas de largo arrastre que incide negativamente en las perspectivas del sector está ligado a la dificultad para recomponer las tarifas de los servicios. Desde mediados de la década pasada, el valor de los servicios quedó preso de una dinámica compleja, dada por las exigencias gremiales para elevar salarios y la reticencia de las operadoras por reconocer esos incrementos. Lo que sucedió, en definitiva, fue que las empresas de servicios terminaron absorbiendo buena parte de la expansión del costo laboral.
“En los últimos años las tarifas se han deteriorado. Hay algunos servicios, como los de perforación, que lograron actualizar sus precios, pero otros, como los de control geológico, están muy desfasados”, advirtió Smidt.
PRINCIPAL JUGADOR
A su vez, la industria sigue de cerca los pasos que está dando YPF, que en el marco de su plan quinquenal de inversiones –con desembolsos por u$s 37.200 millones para el período 2013-2017– prevé incrementar exponencialmente el volumen de equipos de perforación en actividad.
La operadora –que explica un 32% de la oferta de crudo y un 23% de la gasífera– cuenta en la actualidad con 43 equipos de drilling, 66 de workover y 21 de pulling en operación en sus yacimientos, la mayoría en la cuenca Neuquina. “YPF sigue adelante con las licitaciones para sumar servicios relacionados con el manejo de fluido, locación seca y perforación, aunque está avanzando más lento de lo que se preveía”, comentó un directivo de una empresa de servicios que está cerrando la contratación de equipos con la petrolera presidida por Miguel Galuccio.
El delay de YPF se explica por dos elementos: por un lado, a raíz de los inconvenientes sufridos por la empresa para encontrar financiamiento de sus proyectos; y por el otro, la negociación abierta por la petrolera con sus proveedores para reducir los costos de los servicios. “YPF tiene listados los trabajos de perforación y los está licitando. Pero al mismo tiempo, antes de adjudicar a los ganadores, presiona a las compañías de servicios para que acepten bajar sus tarifas”, explicaron desde otra empresa proveedora. “Su objetivo es disminuir los costos entre un 20% y un 40%”, agregaron.
Como consecuencia de los problemas financieros de las petroleras, las firmas de servicios registraron en los últimos meses un retraso de su cadena de pagos. Si a principios de año los proveedores se habían resignado a cobrar a 60 días, hoy están ingresando sus pagos a 90 o incluso 120 días.
DE CAPA CAIDA
Los últimos años no fueron sencillos para las empresas de servicios, un segmento liderado por Schlumberger, Halliburton, Pride, Bolland, San Antonio y BJ, entre otras. El encarecimiento de la mano de obra y de los costos operativos erosionó la rentabilidad, que además se vio perjudicada por la gran cantidad de medidas gremiales que limitaron la cantidad de días laborables. El año pasado, por ejemplo, un paro de 60 días interrumpió la producción de hidrocarburos de Santa Cruz –el tercer polo hidrocarburífero del país– durante la mayor parte del segundo trimestre. Y a mediados de este año, el grupo autodenominado Los Dragones –una facción disidente de la UOCRA– mantuvo paralizada por 5 días la producción de Cerro Dragón, el mayor yacimiento petrolífero del país, ubicado en Chubut.
“La continuidad de los trabajos en los yacimientos, que en los últimos tiempos estuvo afectada por repetidas medidas gremiales, es clave para intentar reactivar la producción de algunos yacimientos, que es una de las metas que anunció el Gobierno”, indicó Smidt.
- 25 febrero 2013