La directora del Hospital Regional, Miryám Monasterolo, confirmó ayer que se comenzó a reforzar la seguridad interna del nosocomio a partir de varios robos que se vienen sucediendo desde hace algún tiempo en todos los pisos del edificio ubicado en la avenida Yrigoyen.
Las denuncias de las seis médicas que se realizó el lunes a la mañana en la Seccional Primera servirán para direccionar una investigación interna en el Hospital en busca de poder identificar al “punga” o a la “punga”.
Se colocaron también cámaras en todos los pisos que serán monitoreadas por personal de seguridad de la empresa “MV”, que es la que tiene el servicio de seguridad privada en el Hospital, a la que también se le solicitó un informe a raíz de los hechos que son de público conocimiento y en el que resultaron damnificadas las seis médicas de Tocoginecología.
“Hemos avanzado en algunos sectores internos y área restringidas, cambiamos a cerraduras ciegas” dijo Monasterolo, añadiendo que a principios de año una especialista de Ginecología también había sufrido el robo de las llaves del automóvil que después la Policía encontró chocado.
A raíz de las denuncias de robos en el Hospital se conoció que ya habían sido sustraídas dos notebooks en la sala de la guardia médica y que hubo robos de teléfonos celulares y billeteras a pacientes en otros pisos.
Se van a reforzar los ingresos y egresos del Hospital en donde hay muchas puertas que conectan con escaleras los distintos ambientes.
En el sector de lavadero incluso la Dirección también colocó una cámara de seguridad porque robaron el motor de un lavarropas.
PUNGA SIGILOSO
El lunes seis médicas residentes del Hospital Regional denunciaron en la Seccional Primera el hurto de sus tarjetas de crédito, con las que realizaron compras de más de 40 mil pesos, tanto en tiendas de ropa de Comodoro Rivadavia como en contrataciones de servicios de televisión y series on line.
Las médicas venían sufriendo el “robo hormiga” por parte de un/a “punga” que ingresó en todas las oportunidades a la sala de Tocoginecología donde descansan de sus extensas guardias de más de tres días. El ladrón les quitaba las tarjetas de crédito de las billeteras y también dinero si encontraba, pero dejaba todo como estaba. Por eso nadie advertía que se trataba de un robo. Las víctimas creían haber perdido el plástico de la tarjeta o haberse olvidado la plata en otro lugar.
El primer robo tuvo lugar el jueves 27 de septiembre y se fueron sucediendo en los siguientes días, hasta fines de la semana pasada cuando una de las médicas a la que también le faltaba la tarjeta de crédito, advirtió que en su resumen de cuenta figuraban 34 mil pesos de gastos en distintas tiendas de vestimenta y compras on line. Ahora investiga la Fiscalía.