En Comodoro no hay empatía. Eso es lo que sienten los familiares de personas con TEA (Trastorno del Espectro Autista). Noviembre significó un principio de amenaza debido al uso de pirotecnia en los barrios. El Patagónico alertó sobre esta situación y cómo venía creciendo la venta a través de redes sociales, además de que, en algunos casos, la entrega se hacía en el domicilio del comprador.
Los días pasaron y el uso de pirotecnia se hacía cada vez más frecuente. Navidad fue el punto cúlmine para petardos, cañitas voladoras y productos explosivos de todo tipo. Los videos se replicaron en las redes sociales y causó indignación en gran parte de la sociedad.
Esto llevó a que los integrantes del grupo Comodoro TGD Padres Tea se reunieran con el secretario de Control Operativo, Ricardo Gaitán, y autoridades de la Policía del Chubut para saber cómo se desarrollan los trabajos preventivos para el próximo viernes a la medianoche.
“Lamentablemente, el uso de pirotecnia fue mayor al del año pasado y hablamos sobre los controles que se están haciendo, pero todo pasa por internet y sobrepasa a la Policía. Están haciendo operativos y todo tipo de observaciones porque la pirotecnia viene de todos lados. Ha sido muy masivo la venta y eso nos preocupa”, explicó Amelia Aballay, parte de Comodoro TGD Padres Tea.
MODUS OPERANDI
En la reunión, las autoridades informaron que el modo de vender pirotecnia consta de conseguir un chip prepago de teléfono celular y descartarlo en pocos días. De esta manera, los investigadores no pueden ubicarlos y ellos continúan con el comercio.
“Usan teléfonos con chip que luego tiran. Lo usan una o dos veces y después lo tiran. Entonces es difícil ubicarlos. Para ellos es fácil porque gastan 50 pesos en un chip y luego ya está. O sino ofrecen y cuando se los denuncia, dicen que nunca vendieron pirotecnia. El tema es que mucha gente hace esto y por eso se complica el trabajo de la Policía”, lamentó Aballay en diálogo con este medio.
“Es tan difícil sacar la cultura de la pirotecnia porque la gente no entiende que para muchas personas es sinónimo de dolor. En Navidad me escribían mamás diciendo que sus hijos se volvieron locos. Gaitán nos dijo que nos entendía, pero por más que nosotros quisiéramos ayudar era mucha la demanda y no se alcanzaba a cubrir todo el espacio”, subrayó.
Asimismo, Aballay valoró el trabajo de las autoridades y consideró que hay que modificar el enfoque. “Vamos a trabajar a partir del año que viene para generar conciencia en partidos de fútbol y actos sindicales. Se va a trabajar mucho con los clubes”, afirmó.
“Más de lo que están haciendo, no se puede hacer. Solo nos queda concientizar. Ellos no pueden ir casa por casa diciendo ‘no tiren pirotecnia’. Fue una buena reunión y nos quedamos tranquilos porque están trabajando, pero es mucha la demanda. Lamentablemente, no hay empatía por parte de la comunidad”, cuestionó Aballay.