El sargento primero que presta servicios en la subcomisaría Ciudadela, Sandro David Viltes, fue detenido el domingo a la noche en la calle Código 2456 de Standart Norte tras herir de bala con su arma reglamentaria a tres personas en el intento de evitar un presunto intento de usurpación en la casa 40 de este sector de la ciudad. Ayer declaró ante el juez Alejandro Soñis.
Antes el fiscal Adrián Cabral dio a conocer los hechos por los que se lo investigará por el transcurso de 6 meses. Detalló que el domingo a las 21 Armando Leiva, Emilio López Navarrete y Macarena Leiva se hicieron presentes en la vivienda de calle Código 2456 y previo a romper el acceso lateral intentaron ingresar a la misma.
Que ese accionar fue advertido desde su domicilio por el funcionario policial Sandro David Viltes, que se encontraba de franco y que avisó al Centro de Monitoreo desde su teléfono celular. Según el fiscal, Viltes luego fue hasta donde estaban las personas con una maza en la mano y les dijo: “acá no se pueden meter, acá trabajó mi mamá” y se retiró a su domicilio de donde volvió con su arma reglamentaria, una pistola 9 milímetros, y sin mediar palabra alguna comenzó a efectuar disparos a las piernas del trío.
Armando Leiva recibió un impacto en la pierna izquierda y en el tobillo de la pierna derecha; López Navarrete en la pierna derecha y Macarena Leiva en el muslo izquierdo.
Según el fiscal Cabral, la policía llegó y vio que el agresor llevaba un martillo y una pistola en la otra mano, y que ante el reclamo de Macarena Leiva de que cesara con la agresión, efectuó un disparo de manera intimidante al suelo siendo detenido de manera inmediata por personal policial.
Cabral formalizó el hecho como presunto abuso de armas en concurso real con lesiones graves dos hechos en calidad de autor para Viltes. Pero ante la consulta del juez penal sobre por qué la elección de esa calificación el fiscal dijo que si bien la misma es provisoria, se investigará también si caben las circunstancias de legítima defensa o exceso en la legítima defensa.
CUATRO VAINAS
La Policía Científica dijo que en el lugar se encontraron cuatro vainas servidas, una munición y manchas de sangre. Y que en la vivienda había una tenaza y un candado de seguridad dañado.
Para el fiscal Cabral, el imputado “podría haber esperado a que llegue personal policial” y no haber actuado de la manera en que lo hizo ya que antes había llamado a la Policía.
La Fiscalía también deberá investigar el intento de usurpación. Es que el 4 de noviembre a las 13, una familiar de los dueños de la vivienda radicó una denuncia por los daños en la misma.
La defensora de Viltes, Cristina Sadino, dijo que “cabe que mi asistido haya actuado justificado” ya que hay que tener en cuenta el contexto. Que el policía primero dice que no ingresen, y que estos hacen caso omiso y siguen en su accionar.
“Mi asistido es funcionario policial y cualquier persona privada ante un ilícito tiene el deber de proceder y más cuando es un funcionario público” explicó Sadino. La defensora oficial planteó el artículo 34 del Código Penal en donde citó dos causales de justificación: el cumplimiento del deber, y que el policía estaba resguardando la propiedad de un vecino. Admitió que podría haber habido un exceso en el accionar pero que no se debe olvidar el contexto.
“ESTAMOS PINTADOS”
“Estas personas querían usurpar” dijo Viltes en su declaración. Explicó que cuando se dirigió a Leiva padre, el hombre le pegó con un fierro y que escuchó que uno dijo “tirale”, por lo que disparó. Que disparó primero al aire y después siempre lo hizo de la cintura hacia abajo, aunque tuvo deseos en algún momento de tirarle a la cabeza y que lo podría haber hecho, pero que no lo hizo.
“Yo tengo que actuar en defensa de un tercero; si soy otro no hago nada”, se autoexculpó Viltes diciendo que actuó “por amor al prójimo”.
El policía que dijo que es sniper entrenado en la Armada, y que se definió como un “caballero inglés”, dijo que las víctimas fueron siempre hostiles con él. “Estamos todos pintados y hay una inseguridad terrible” argumentó.
Dijo que sus vecinos sabían que es policía y que incluso a veces pasan y lo escupen. El policía se contradijo en su declaración al admitir que cuando llamó al 101 no se identificó como policía “porque si no tengo la obligación de actuar” y que él no quería intervenir.
El juez Alejandro Soñis, después de escuchar al imputado y a las partes, dijo que “hay muchos interrogantes que aún quedan establecer”. Dejó en claro que se es policía las 24 horas, que actúa y debe hacerlo. Planteó que hubo situación irregular y que ello ha desencadenado en una situación violenta, por lo que deberá analizarse si el accionar del policía ha enmarcado en el ejercicio de legítima defensa, un exceso en la actuación del imputado, o la carátula que planteó la Fiscalía, el abuso de armas y lesiones graves.
Soñis declaró legal la detención, dictó seis meses de investigación y la prohibición de acercamiento al policía que se mudará a otro lugar mientras persista la medida.