- 22 mayo 2007
Buenos Aires (Télam) El presidente de River Plate José María Aguilar, insistió ayer en «la tentación de renunciar», al tiempo que calificó de «decisión política» la clausura del estadio Monumental después de los últimos hechos de violencia. «La posibilidad de renunciar siempre es una decisión muy tentadora», expresó ayer Aguilar, al ser interrogado por la prensa respecto de los reclamos que de continuo le viene realizando buena parte de la parcialidad riverplatense. Una manifestación multitudinaria tuvo lugar el domingo, después de la derrota por 1 a 0 ante Estudiantes, en el hall central del estadio Monumental, que se convirtió en la caja de resonancia del malestar de socios e hinchas ‘millonarios’, pidiendo las renuncias de Aguilar y del técnico Daniel Passarella, a quien el dirigente defendió. «Passarella tiene contrato hasta 2009 y desde hoy ya está trabajando con la mente puesta en el partido del domingo con Gimnasia y Esgrima La Plata», apuntó el presidente de River. Aguilar también calificó de «decisión política» la nueva clausura del Monumental (por la denominada ‘batalla de los quinchos’ ya estuvo suspendido tres fechas) y anunció que los abogados del club «están trabajando en el tema». El estadio está inhabilitado desde ayer y por espacio de dos jornadas. Tras intentar minimizar la situación apoyándose en el argumento de que «todos los conflictos se suceden porque el equipo no gana. En cuanto consiga tres triunfos el reclamo de los hinchas se va a acabar, porque así es el fútbol», reflexionó. Claro que detrás de los dichos «de ocasión» del presidente de River se esconde una historia de internas que, por ahora, lo ponen aparentemente a resguardo de «males mayores». «Aguilar está muy enojado con Antonio Casselli», el ex vocal titular y secretario de actas del oficialismo e hijo de Esteban Casselli, embajador argentino ante el Vaticano durante el menemismo, «porque era parte de su grupo de conducción y ahora está agitando a la oposición». Esta «traducción`» del sentir del presidente fue volcada a Télam por una fuente de fluidos contactos con el oficialismo, quien aseguró que «Aguilar considera que la oposición en general no es sólida y que los ex titulares del club Alfredo Dávicce, David Pintado y Hugo Santilli forman parte del pasado». «Además, salvo con Casselli, con el resto de los nuevos opositores como Andrés Ballotta y Darío Santilli, hijo del ex presidente mencionado, hasta tiene un buen diálogo», destacó. Y en cuanto a las manifestaciones que se están volviendo recurrentes después de cada domingo de frustración futbolística, el informante apuntó que Aguilar «cree que los que se pronuncian en el hall son siempre los mismos doscientos jóvenes que repiten esos reclamos». «El le apunta a la platea San Martín alta, de donde provienen esos manifestantes, y sostiene que esa parte de la masa societaria que se ubica allí, se convirtió en una especie de tribunal que juzga las conductas de los que manejan el club», describió. En tanto otra fuente le apuntó a Télam que el domingo se habría consumado otro enfrentamientos entre los grupos enfrentados de ‘Los Borrachos del tablón’ que encabezan los hermanos Alan y William Schlenker por un lado y Adrián Rousseau por el otro. El lugar del cruce, que se habría extendido por espacio de unos pocos minutos, se habría producido en la estación de servicio Shell que se encuentra en la intersección de la avenida Figueroa Alcorta y Udaondo, donde al menos uno de los nombrados tendría una herida de arma blanca. De cualquier manera no hubo denuncia alguna al respecto y por lo tanto, más allá de que la versión del hecho es coincidente con otras fuentes testeadas, los barrabravas suelen manejar algunos contactos que manejan estas cuestiones con discreción. Y en medio de todo esto se encuentra un River sin rumbo futbolístico e institucional, que en el primer aspecto ya está al margen de cualquier pretensión de título en el Clausura y en el segundo no tiene más espacio de maniobra que «tres triunfos seguidos», como dijo Aguilar.