Gran amargura y desesperación le provocó el hecho al propietario de un departamento del edificio ubicado en la esquina de Maipú y Urquiza, a pocos metros de la Policía Federal, en el sector de la Loma. La víctima, Carlos, llegó quince minutos después de registrado el atraco.
“Tengo impotencia; me robaron cosas que todavía estoy pagando”, afirmó el hombre a Diario Patagónico tras encontrarse con toda la casa revuelta y sólo los pies de dos televisores LCD.
Con una simple modalidad delictiva, los ladrones comenzaron alrededor de las 16:45 a probar todos los timbres de los cinco departamentos del lugar. En ese momento sólo un vecino se encontraba en el edificio y atendió el llamado a su departamento, pero no escuchó la voz de nadie y le restó importancia.
De esa forma, los malvivientes forzaron la puerta de acceso al edificio con una barreta, subieron las escaleras y repitieron la acción con el departamento 2. Carlos cumplía con sus tareas laborales y llegaría a las 17:15. “Se llevaron todo lo que pudieron en el lapso de media hora”, se lamentó el damnificado.
El vecino que reside en el último de los departamentos no escuchó ruidos extraños y los visitantes aprovecharon la ocasión para apoderarse de dos LCD, uno de 42 pulgadas y otro de 32, además de una netbook.
“Yo tengo todos los cuidados que hay que tener, pero no puedo hacer nada si barretean la puerta. Yo tengo que trabajar como todo el mundo”, indicó Carlos.
En ese sentido, el hombre sostuvo que por el sector “siempre hay gente sospechosa todo el tiempo, a la mañana, tarde y noche. Lo que a mí me llama la atención es que acá a la vuelta está la (Policía) Federal”.
La víctima recordó que días atrás robaron una vivienda a mitad de cuadra y el último sábado fue el turno del Colegio 796, situado a una cuadra y recientemente inaugurado. “La verdad (los delincuentes) entran y salen. Es lo mismo que en Buenos Aires, en otra escala. Uno tiene que tener cuidado cuando entra y sale, cerrar las puertas, tener cuidado cuando entramos el auto. Los mismos cuidados que hay que tener en Buenos Aires. Es desesperante”, sentenció Carlos.
- 30 marzo 2012