Tenista danés echó a su madre de la cancha

Holger Rune, de 19 años, la pasó mal durante su derrota contra Casper Ruud por los cuartos de final de Roland Garros. Además de este episodio, también protagonizó otro con su rival en los vestuarios al término del partido.

Además de grandes cruces y espectaculares jugadas, Roland Garros también fue el escenario de un incómodo momento que se vivió durante el encuentro por los cuartos de final entre el danés Casper Ruud (8) y el danés Holger Rune, el cual terminó con victoria del noruego por 6-1, 4-6, 7-6 y 6-3.

Al joven tenista de 19 años se lo pudo ver un tanto impreciso durante los primeros compases del encuentro y fue durante uno de los descansos del tercer set cuando dejó en evidencia su malestar y descontento.

Tras 1 hora y 58 minutos de partido, y con el resultado en contra al ir perdiendo por 4-3, el número 40 del ránking de la ATP comenzó a gritar desde el banco ante la mirada atónita del resto de los presentes en el recinto.

Tras mostrar a Rune, las cámaras de la transmisión se dirigieron a las gradas y enfocaron a una mujer que se levantaba rápidamente de su asiento y encaraba hacia uno de los túneles de salida (foto). Posteriormente se conoció que la persona en cuestión no era otra que su madre.

En la rueda de prensa posterior a su derrota, el danés se refirió a esta situación: “Quiero mucho a mi madre, yo no la eché de la pista. Cuando estoy frustrado necesito que me dejen, no puedo estar escuchando a mi madre y mi entrenador. No buscaba específicamente que se fuera; en el partido con Stefanos también se marchó. Ella sabe cómo darme paz”, añadió el joven de 19 años acerca del tenso momento que se vivió en el estadio.

Al mismo tiempo, el danés, que venía de vencer al griego Tsitsipas en la cuarta ronda del torneo por 7-5, 3-6, 6-3 y 6-4, fue protagonista de otro momento polémico en los vestuarios: “Su equipo de trabajo vino a saludarme y me felicitó por el partido, son muy amables. Pero de repente, me encuentro con que Casper se acerca a mí y me pega un grito en la cara, como celebrando”, reveló.

“Le dije que qué diablos estaba haciendo. Tú puedes celebrar y gritar en la pista, pero ese grito en mi cara es una falta de respeto. Fue muy antideportivo durante todo el partido, por eso no quise abrazarle ni hablar con él al final”, explicó.

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