Tiene 3 hijos con discapacidad y lleva casi 20 años esperando una vivienda

Juan José San Martín, de 68 años, es el único sostén de familia. Sus tres hijos tienen una discapacidad que les impide trabajar. Asegura que en su momento le prometieron una vivienda y que desde el IPV no le brindan respuestas.

Se van a cumplir 20 años desde que pidió una casa al Estado y Juan José San Martín y su familia no reciben respuestas. A mediados de 2004, este comodorense decidió escribirle una carta al gobernador Mario Das Neves explicándole la situación de su familia (tiene tres hijos con discapacidad) para que lo ayudara a conseguir una vivienda. “Das Neves me contestó y me dijo que mi familia era la primera en la lista. Que nos quedemos tranquilos”, aseguró Juan sobre la respuesta del exmandatario.

Pasado un tiempo, comenzó a reclamar en el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV). Trataba de ir casi todos los días para tratar de que los trámites fueran más rápido, pero siempre se encontraba con la misma respuesta: “No hay más casas; no vamos a entregar casas; no hay novedades’. Todo eso me decían para que me vaya y no siga molestando”, sostuvo en diálogo con El Patagónico.

“A los pocos días veía en las noticias que les entregaban casas a los amigos, familiares, y a delincuentes cuando a mí me decían que no había casas”, cuenta con indignación.

La familia San Martín paga 32 mil pesos por mes por un alquiler de una vivienda en el barrio Pueyrredón. Juan se desempeña en una empresa petrolera, pero pide una casa para estar más tranquilo. “Estamos en una situación delicada. Mi hija tiene 27 años y sufre de epilepsia; mi hijo de 44 años tiene problemas de obesidad (pesa 170 kilos) y mi hijo de 24 años pesa 148 kilos. No le dan trabajo en ningún lado. El único que trabaja soy yo y soy el sostén de la casa porque si no terminamos en la calle”, destacó.

UN TERRENO QUE FUE QUITADO

Los reclamos de Juan terminaron en la Municipalidad. Desde Moreno 815 le brindaron un terreno, pero el precio de los materiales, el traslado y la mano de obra le hacían imposible construir su vivienda.

“Me dieron el terreno en una zona sin servicios. Les expliqué que no tenía fondos suficientes para construir y les pedí ayuda. No me dieron nada, pero me entero de que (Cristian) ‘Chucky’ (Monsalvo) y su familia recibieron una casa en la zona de los kilómetros con todos los servicios. Uno no entiende cómo funciona todo y por qué uno no puede conseguir nada”, criticó.

La situación lo llevó de nuevo a reclamar en el IPV. El delegado Zona Sur, Martín Iparraguirre, lo recibió y le explicó que no había viviendas disponibles.

Hace tres días el teléfono sonó y del otro lado estaba la precandidata a diputada nacional Ana Clara Romero. Juan le explicó la situación y la concejala quedó en volver a llamarlo. Todavía espera. “Todos me prometen, pero nadie hace nada. Es puro verso para que los votemos. No te dan bolilla. Uno no puede hacer nada. Uno se puede estar muriendo que nadie te va a dar bola. Son puras mentiras”, criticó.

“Yo le dije a Romero: yo no le pido que me regalen la casa. Yo lo que pido es pagarla. Quiero pagar lo mío. Si a mí la cuota me sale 30 mil pesos, yo la pago porque sé que es mía. Esa es la bronca que me da. Yo no quiero nada de arriba”, agregó.

La familia San Martín no quiere cumplir 20 años esperando su vivienda. “Das Neves me mandó la carta para sacarse un peso de encima. Ellos saben que el problema no es suyo, sino que es mío. Estoy cansado de golpear puertas. Me han cerrado la puerta en la cara. Nadie me da una explicación de ‘pasa esto y por eso no te vamos a dar la casa’. Nada. Es amargarse y estar días y días perdiendo el tiempo”, cuestionó.

“Todos mis papeles están en Casa de Gobierno y en el IPV pero no me dan bola porque no me conoce nadie”, agregó.

“Yo pido una casa y pagarla. Yo no soy perro faldero de nadie para andar detrás de ellos. Tengo que mantener a mi familia. Yo soy viudo hace 7 años y mi esposa también peleaba por la casa para nuestra familia. No hemos conseguido nada. Es ir todos los días a reclamar. Y volver con las manos vacías”, concluyó.

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