Trabajadores del INDEC piden una auditoría internacional

En medio de las denuncias de intervención, manipulación y falta de transparencia de los índices de precios, trabajadores del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) marcharon ayer hacia el Ministerio de Economía con el objetivo de protestar contra la intromisión política en el organismo estadístico.

Buenos Aires (C)

Los trabajadores solicitaron «una auditoría de entidades estadísticas internacionales y de la SAE (Sociedad Argentina de Estadística)», cuya titular, María Teresa Blaconá, expresó su «profunda preocupación por la ‘posible’ falta de independencia de la Estadística Oficial del poder político», según consignó.
Ningún técnico o trabajador del organismo lo dirá en voz alta, pero su principal temor es que el Gobierno esté avanzando hacia el desmantelamiento definitivo del organismo.
El delegado gremial de ATE, Daniel Fazio, explicó en declaraciones que el reclamo se divide en tres partes: quieren que el Gobierno comunique los cambios metodológicos aplicados para el cálculo de la inflación; que se «transparenten» los concursos a partir de los cuales los trabajadores acceden a los cargos, y que se proteja el secreto estadístico.
Denunció, una vez más, que el INDEC «continúa en virtual estado de acefalía» ya que siguen en uso de licencia el director general, Lelio Mármora, y su adjunto, Mario Krieger.
La preocupación por la violación del secreto estadístico surgió desde el desplazamiento de dos funcionarias claves: la ex directora del área de Precios, Graciela Bevacqua, y su jefa, Clyde Charre de Trabuchi. La primera fue reemplazada por Beatriz Paglieri, una funcionaria de carrera del Palacio de Hacienda cercana al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Los temores se materializaron en una denuncia presentada por los diputados radicales ante el fiscal de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido. El fiscal ya le tomó declaración a las dos funcionarias desplazadas y no se descarta que cite a funcionarios de Economía para determinar si, como se cree, el Gobierno violó el secreto estadístico.
El polémico índice de precios al consumidor (IPC) arrojó en febrero un alza del 0,3%, muy por debajo de las previsiones de los analistas pero en sintonía con las estimaciones que difundieron desde el Ministerio de Economía.
«El IPC estuvo entre 0,3 y 0,4% y es tan confiable como el 8,7% de la desocupación difundido la semana pasada», dijo una fuente oficial para despejar cualquier tipo de duda respecto de la credibilidad del índice.
El resultado fue muy inferior al 1,1% de enero y al 0,4% que se había anotado en febrero del año anterior, pero, al igual que en aquel entonces, estuvo signado por las subas en los alimentos, principales impulsores de la inflación del mes. 

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