Turismo agreste y propuestas gourmet a 30 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires

El turismo aventura por bosques agrestes, en islas entre aguas marrones y cabañas ideales para preparar un asado, se combina con hoteles con spa y gastronomía gourmet en el municipio de Tigre, donde la naturaleza y el desarrollo ofrecen estas y otras opciones a sólo unos 30 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.

Tanto en la ciudad cabecera que da nombre al partido, como en localidades aledañas, el turismo de verano tiene opciones al aire libre, en especial deportes náuticos, y de puertas adentro con actividades culturales, museos y paseos de compra, además de parques temáticos de diversas índoles.

A media hora en coche de la Ciudad de Buenos Aires, recibe miles de turistas en la temporada estival, ya sea de vacaciones o en escapadas de fin de semana o de una jornada, quienes en la primera quincena de enero sumaron unos 600.000 visitantes y dejaron ingresos por 420 millones de pesos, informaron a Télam fuentes de Turismo.

Con unas 1.500 plazas entre Delta y ciudad, la oferta incluye hoteles con spa, hosterías, complejos de cabañas y campings, que este verano tienen un promedio de estadía de dos a tres noches.

Al respecto, el subsecretario de Turismo de Tigre, Juan Crotti, señaló que “todas las propuestas que tenemos son tanto para vecinos como para visitantes, que pueden ser de la provincia de Buenos Aires, como de otros distritos, provincias o destinos internacionales”.

“Por decisión del intendente Julio Zamora, desde el municipio queremos incentivar a que haya cada vez más cantidad de plazas, para que sean cada vez más las personas que nos visiten en Tigre, que es un lugar hermoso”, añadió.

Entre los lugares icónicos de la ciudad y como una vidriera a la zona de islas está el antiguo Puerto de Frutos, devenido en un gran centro comercial a cielo abierto, con numerosos comercios, especialmente de producción local, y puestos de artesanías y gastronómicos, que es objeto de un incesante hormiguear de visitantes.

La oferta gastronómica, desarrollada en gran medida en el Paseo Victorica, en muchos casos con productos de río, se extiende a otras localidades, como Villa La Ñata y Dique Luján.

También llega a Benavídez, que no está atravesada por el río pero desarrolló el complejo Torrepueblo, una réplica de una típica villa de La Toscana italiana, que ofrece a los visitantes variados menúes y una agenda de espectáculos para todos los gustos.

Las lanchas que parten del puerto llevan a las islas del Delta, donde hay campings, cabañas y hoteles y en sus ríos y arroyos se practican deportes acuáticos, como wakeboard, paddle surf, ski acuático y el infaltable remo.

Algunos establecimientos ofrecen sus experiencias particulares, como una cata nocturna de vinos y paseos guiados para avistamiento de aves, y entre Benavídez y Dique Luján hay un centro para hacer actividades a caballo y kayak por las noches.

Los parques temáticos apuntan a un público variado, como Aquafan, que ofrece piletas de olas artificiales y toboganes de agua, mientras Euca promueve el turismo aventura con juegos en altura.

Para los amantes del vértigo y entretenimiento, el Parque de la Costa tiene un circuito de juegos en altura, realidad virtual, láser run y combat y juegos online, entre otras atracciones.

La historia y la cultura de Tigre se pueden recrear en los museos De la Reconquista, De Arte Tigre, Naval de la Nación y la Casa de las Culturas, así como de los clubes de remo.

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