Turquía acusó al Estado Islámico por el sangriento atentado en una boda

El atacante suicida activó su chaleco de explosivos cuando una multitud se congregaba frente a un salón de fiestas en la ciudad de Gaziantep, una de las más importantes para la minoría kurda, para celebrar la boda de dos militantes del principal partido de izquierda.
Cuando aún crecía el número de muertos y las familias lloraban a las víctimas del atentado del sábado en una boda kurda en el sur de Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan informó ayer que el atacante suicida que mató a 51 personas era un adolescente de entre 12 y 14 años y que la investigación "apunta" a la milicia Estado Islámico (EI).
El joven atacante activó su chaleco de explosivos el sábado a última hora de la tarde, cuando una multitud se congregaba frente a un salón de fiestas en la ciudad de Gaziantep, una de las más importantes para la minoría kurda en Turquía, para celebrar la boda de dos militantes del principal partido de izquierda de la actualidad y el más atacado por el gobierno de Erdogan, el pro kurdo HDP.
Según informó Erdogan, hasta el momento al menos 51 personas murieron por la explosión frente al salón de fiestas y 94 resultaron heridos. De estos últimos, 69 siguen internados, 17 de ellos en estado grave.
A mediados del año pasado una serie de ataques suicidas golpearon manifestaciones y eventos de la minoría kurda y de la izquierda en el sureste del país, donde se concentra ese grupo étnico. Erdogan rápidamente acusó al EI, pero la dirigencia kurda responsabilizó al gobierno y lo acusó de ser cómplice de esa milicia y su lucha contra el vecino gobierno sirio, un enemigo declarado del presidente turco.
Este cruce de acusaciones terminó rompiendo tres años de cese de hostilidades y de proceso de paz entre el gobierno de Erdogan y la principal guerrilla kurda, el PKK, y reactivó la represión masiva del primero y los ataques del segundo.
Desde entonces, muchas de las ciudades y los pueblos de esa región han estado bajo estado de sitio, han sido bombardeadas y atacadas por el Ejército turco, al tiempo que las rutas, las sedes militares y las comisarías de todo el país han vuelto a convertirse en objetivos militares para la guerrilla kurda.
Erdogan evitó ayer mencionar este contexto de tensión política e igualó a todos sus "enemigos" en un mensaje a la nación transmitido por la cadena de televisión local NTV y citado por la agencia de noticias EFE.
"Para nosotros no cambia nada de dónde viene el terror. Puede ser el terror de la FETO (como llama a la organización ilegalizada del predicador islamista Fetullah Gülen, a quien acusa de dirigir el reciente golpe de Estado), del PKK, del Daesh (acrónimo en árabe para el EI) o de PYD-YPG (las milicias kurdas) al otro lado de la frontera siria. Para nosotros todos son organizaciones terroristas", sentenció el presidente turco.
Sin embargo, en los primeros funerales de las víctimas y en las calles de Gaziantep si se sentía la tensión y el odio que vienen creciendo desde la ruptura del proceso de paz y la reactivación del conflicto.
"Los vecinos de Gaziantep han estado viviendo en un ambiente en el que los miembros del Dáesh acumulaban armas y organizaban encuentros masivos. (...) El ataque se planificó para impedir que se expanda la paz y que puedan tener éxito posibles negociaciones", sentenció la cúpula del HDP en un comunicado.
En ese texto el partido con la tercera bancada del Parlamento nacional recordó que el viernes pasado la Unión de Comunidades de Kurdistán, una organización paraguas que engloba a movimientos cercanos a la guerrilla kurda, el PKK, había anunciado su disposición a negociar con el gobierno turco.
La tensión se mezcló ayer con el dolor cuando familiares y amigos abuchearon a los funcionarios del partido de Erdogan que intentaron acercarse para participar de los funerales.
Los abucheos y los insultos contra el presidente fueron una constante de la dolorosa jornada, que estuvo marcada por la bronca y las lágrimas.
Pese a la creciente tensión que existe entre Erdogan y sus tradicionales aliados occidentales por la masiva purga y la ola de detenciones que impuso tras el fallido golpe de Estado del mes pasado, la comunidad internacional en su conjunto reaccionó ayer ratificando su apoyo a Turquía y su lucha contra el extremismo.
Uno de los primeros en hacerlo fue el presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien expresó "que lo ocurrido subraya de nuevo la necesidad de aunar realmente los esfuerzos de toda la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo".
Mientras más se distancia por estos días el gobierno turco de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos-los dos aliados con los que ataca al EI en Siria-, más se acerca al Kremlin, un poder con el que había chocado mucho en el pasado reciente, principalmente porque se encuentran en veredas opuestas en la guerra siria.
No obstante, tanto los máximos líderes de la UE y la OTAN, como mandatarios individuales de la región, como el francés, François Hollande, también destacaron su solidaridad con Ankara.
También se solidarizó Estados Unidos, un gobierno que ayer se enfrenta a Ankara por el pedido de extradición de Gülen, autoexiliado en Pensilvania.
"Nos mantenemos junto a Turquía defendiendo la democracia frente a todas las formas de terrorismo", aseguró Ned Price, vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, en un comunicado, apenas cuatro días antes del viaje oficial que realizará el vicepresidente Joe Biden a Ankara.
El papa Francisco fue otro que se sumó a la ola de repudios desde Europa.
"Me llegó la noticia del sangriento atentado de ayer (sábado) en la querida Turquía. Rezamos por las víctimas muertas y heridas, y pedimos por el don de la paz para todos", aseguró el Pontífice al pronunciar el tradicional Ángelus desde el palacio Apostólico.
Asimismo los gobiernos de Arabia Saudita, Egipto e Irán también condenaron el atentado.
Desde Riad, la conservadora monarquía reiteró "su plena solidaridad y apoyo a Turquía en su lucha contra el terrorismo", mientras que la Cancillería egipcia expresó su pésame y sus deseos de pronta recuperación de los heridos e Irán envió sus condolencias y dijo que se trató de un acto "abominable contra la humanidad".

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