Un año para demostrar

El 10 de diciembre comenzó el tercer año de Gobierno de las autoridades electas en 2011. A esta altura, se supone que tanto Martín Buzzi en la Gobernación como Néstor Di Pierro en la Intendencia habrían logrado ya acomodar sus cuerpos a las nuevas obligaciones y aceitar el funcionamiento de los equipos que los acompañan para desarrollar los proyectos que formaron parte de sus plataformas electorales. Históricamente, quienes han ejercido el poder han declarado que es en la mitad de la gestión donde los ciudadanos ven hacerse realidad las promesas y proyecciones y, también, es el tiempo donde se aceleran los planes para llegar al fin de mandato con hechos que, eventualmente, ameriten su consideración para otra postulación.
Se supone entonces que este 2014 que está por comenzar debería ser el año para demostrar. El escenario político y económico se presenta propicio para ambos mandatarios.
El gobernador, como se apuntó en otras oportunidades, logró desprenderse del lastre que lo ataba a grupos internos que por todos los medios intentaron no dejarlo asomar la cabeza y aparecer liderando acciones de envergadura que beneficiaran a los habitantes de la provincia. Gustavo Mac Karthy, el vicegobernador de bajo perfil, se encargó de poner negro sobre blanco de este comportamiento luego de la renovación del Gabinete y esta semana al reunirse con Mario Das Neves y luego partir de vacaciones hacia el exterior no sin antes otorgarles un cargo a dirigentes eyectados del equipo del gobernador.
Más allá de las peleas palaciegas que nunca se extinguen completamente, en el año que llega Martín Buzzi tendría que definir estrategias certeras para cumplir con los anuncios que realizó en los últimos meses y lograr que los habitantes de Chubut se sientan contenidos en esas propuestas.
Teóricamente, el Presupuesto Provincial de 14.800 millones de pesos que envió a la Legislatura será el colchón necesario para encarar obras de infraestructura que definió como prioritarias en Salud, Educación y Seguridad. Está en él y sus colaboradores no subejecutarlo y que las obras queden durmiendo en un expediente. Es que los hechos marcan que en estos dos años que pasaron no se hizo todo lo que se presupuestó.
Así lo evidenció Maximiliano López el 11 de noviembre, apenas días después de sentarse en la silla que Pablo Punta ocupó en la Secretaría de Infraestructura. Ese día dijo en Radio Del Mar que de lo proyectado en el Presupuesto 2013 hasta ese momento se había concretado el 65% de las obras. En otras palabras: el 35% del total del dinero disponible no se había utilizado para hacer lo que se dijo que se iba a hacer.
Algo parecido sucedió en Comodoro Rivadavia, según las críticas deslizadas días atrás por el concejal radical José Gaspar: “desde el 2012 se hicieron solamente el 42% de las obras presupuestadas y este año no sé si van a llegar al 60%”, disparó con las ejecuciones en la mano.
Para el año próximo, el intendente Néstor Di Pierro contará con un presupuesto récord de más de 1.100 millones de pesos. En gran parte, ese número se construyó con lo que ingresará mediante la nueva Ley Provincial de Hidrocarburos y las renegociaciones petroleras, hechos con los que el Ejecutivo Provincial jugó una ficha importante para las ciudades de la Cuenca del Golfo San Jorge.
El intendente también deberá definir sus estrategias para que lo proyectado se concrete. Tendrá que lograr que los habitantes de Comodoro se sientan contenidos y dejen de mencionar su nombre cuando circulen por calles con pavimento destrozado o lleguen a los terrenos que el municipio les entregó y se encuentren con otras familias asentadas allí; o suban a un colectivo y sientan que tal vez habría sido preferible caminar contra el viento que ser trasladados en las condiciones que el transporte público lo hace en la actualidad.
Di Pierro también enfrenta internas que muchas veces no trascienden como las que se desatan en Fontana 50. Deberá equilibrar fuerzas en el Concejo Deliberante y aplacar a los eventuales candidatos a sucederlo en la Intendencia; así como reacomodar su relación personal y formal con los nuevos interlocutores de los gobiernos nacional y provincial.
El partido que se jugaba haciendo promesas y proyecciones está en tiempo de descuento. En la tribuna, miles de ciudadanos esperan que se inicie la ronda que los lleve a ganar el campeonato. Para los jugadores, llega la hora de demostrar.

Fuente: Andrés Cursaro

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