Un limpiavidrios fue asesinado en un presunto intento de robo

Diego Gustavo Soto se ganaba la vida limpiando vidrios de vehículos en distintas esquinas de Comodoro Rivadavia. Ayer por la mañana fue acuchillado en el patio de una casa de la calle 13 de Diciembre, lindera a la sede de la CGT. Recibió al menos cinco puñaladas. Los presuntos autores son dos hermanos de apellido Llantén. Un oficial que regresaba de cumplir servicio se cruzó en las cercanías con los sospechosos. Estaban ensangrentados y uno de ellos tenía un cuchillo en sus manos. Atacaron al policía, quien alcanzó a pedir refuerzos y lograron detenerlos.
En plena mañana de Navidad se registró el cuarto homicidio de diciembre en Comodoro Rivadavia y el vigésimo segundo en lo que va de este año. La víctima fue apuñalada a sólo dos cuadras de la Seccional Segunda de Policía. Fue identificada como Diego Gustavo Soto, de 29 años, quien residía en la calle Malvinas, frente al Cementerio Oeste.
Si bien Soto fue investigado por la Justicia como uno de los protagonistas de un violento asalto ocurrido en 2012 a la rotisería "La Chacha", indicaron fuentes oficiales, había recompuesto su vida y se dedicaba a limpiar parabrisas y lunetas de los vehículos que paraban en Yrigoyen y Namuncurá, así como en otros semáforos cercanos.
El "trapito" encontró una brutal muerte a puñaladas alrededor de las 9 de ayer en el fondo del patio de un domicilio de la avenida 13 de Diciembre 736, al lado del edificio de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Soto conocía a la familia de esa vivienda, donde sus propietarios solían ayudarlo con ropa, pan y cualquier elemento básico para aportar en su casa. Soto era padre de un niño y los vecinos de ese sector lo conocían porque realizaba "changas" de cualquier tipo para ganarse "la moneda del día", como descargar camiones.
PRESUNTO ROBO
De acuerdo a las primeras hipótesis que manejaban ayer los investigadores, el ataque habría sido producto de un intento de robo en la calle. Si bien restan una serie de pericias, entre ellas analizar cámaras de seguridad de viviendas de la cuadra, el "trapito" habría sido atado por dos hermanos, de apellido Llantén, oriundos de San Carlos de Bariloche.
La víctima corrió hasta introducirse al patio del mencionado inmueble, donde buscó auxilio de los dueños quienes estaban durmiendo. Allí, Soto fue brutalmente atacado con cuchillos y recibió al menos cinco puñaladas, precisaron fuentes oficiales a El Patagónico.
Los presuntos autores fueron vistos por un policía cuando corrían a refugiarse a un edificio situado frente al lugar del ataque. Allí alquilan un departamento. El oficial regresaba a su vivienda y observó a los dos hombres con sus ropas y sus rostros ensangrentados. Incluso uno de ellos llevaba un cuchillo en la mano.
De acuerdo al testimonio del policía, quien previamente había observado a lo lejos lo que parecía una pelea, los individuos ingresaron al edificio con el cuchillo y se cambiaron de ropa. Luego salieron al exterior e intercambiaron unas palabras con el oficial de civil, a quien atacaron con golpes de puño.
Este tuvo que defenderse y alcanzó a tomar su teléfono celular para marcar el 101 del Centro de Monitoreo y pedir ayuda. Para esto un vecino que desde su casa había escuchado los gritos desesperados de Soto cuando era acuchillado, ya había alertado a la policía.
En contados minutos arribaron agentes de la Seccional Segunda que se encuentra a dos cuadras del lugar y redujeron a los sospechosos. Estos fueron identificados como Axel Rodrigo Llantén (20) y Gustavo Orlando Llantén (22).
El primero había llegado a esta ciudad tres días antes con la promesa laboral de desempeñarse como barman en un pub céntrico. Su hermano mayor ya hacía tiempo que se encuentra residiendo en Comodoro Rivadavia, precisaron fuentes oficiales.

SECUESTRAN CUCHILLOS
El cuerpo de Soto yacía boca arriba en el pasillo de un patio donde había dos vehículos estacionados. La Policía Científica se encargó de efectuar las pericias del caso y secuestró uno de los cuchillos presuntamente utilizados en el homicidio como una de las principales evidencias.
El fiscal jefe, Juan Carlos Caperochipi y el funcionario Cristian Olazábal dirigieron las diligencias en torno al crimen. Al producirse el cambio de guardia continuó las tareas investigativas el funcionario fiscal Cristian Ovalle, quien solicitó al juez de turno una orden de allanamiento en el departamento de los hermanos Llantén.
El objetivo fue secuestrar zapatillas y prendas de vestir con manchas de sangre y sobre todo un segundo cuchillo. Por esa razón, se dejó una consigna policial en el edificio hasta que la justicia otorgara la requisa domiciliaria.
Personal de la Brigada de Investigaciones, a cargo del subcomisario Pablo Lobos, se encargó de recolectar testimonios e imágenes de las cámaras de seguridad de un domicilio particular próximo para conocer las circunstancias en que se generó el ataque.
Los presuntos asesinos afirmaron a la policía que la víctima habría querido robarles sus pertenencias. Al cierre de esta edición, el funcionario fiscal esperaba que se realizara la autopsia para conocer la cantidad de heridas que recibió Soto.
Los hermanos Llantén serían sometidos hoy a la audiencia de control de detención en la Oficina Judicial, donde serán imputados por homicidio agravado por el uso de arma blanca.

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