Córdoba, según señalaron sus voceros, tuvo que viajar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para realizar gestiones inherentes a su función, con fecha de retorno incierta. Consecuentemente, mientras dure su ausencia, el radicalismo asumirá responsabilidades en este ámbito.
Es oportuno señalar que hace ya muchos años que un miembro de la UCR no se hace cargo interinamente del municipio en forma efectiva y en rigor la “toma” de mando por parte de Chamorro tampoco estuvo acompañada por una recepción de gala ya que sus allegados comentaron a Diario Patagónico que algunos referentes de Córdoba pusieron inicialmente algunas trabas que finalmente se superaron.
Además, con el nuevo viaje de Córdoba, casualmente su despacho comenzó a ser sometido a trabajos de pintura, por lo cual el edil radical procuró instalarse en medio de escaleras, sillones fuera de su lugar y gran cantidad de papeles de diarios que incluso estaban sobre los escritorios.
Por si eso fuera poco, también por “coincidencia”, en horas del mediodía tuvo que atender a manifestantes del gremio de la construcción (UOCRA) que protestaban por la falta de obras públicas. El intendente interino les prometió que se lo haría saber al propio gobernador.