Lo primero a destacar es su figura, que dejó de ser aburrida y acartonada para ser ahora moderna y atractiva. Además de sus trazos, el sistema de iluminación inspiran sofisticación: inclusive los faros delanteros están compuestos por dos grupos de nueve luces de LED, que no solo emiten un haz de luz potente y homogéneo, sino que también consumen menos energía. Las luces de posición y los faros traseros también utilizan esta tecnología.
La versión menos potente de las dos motorizaciones nafteras que se ofrecen en nuestro mercado. Se trata un V6 de 2.8 litros y 204 CV (el otro propulsor es un 3.0 litros de 300 CV). La tracción es delantera y la transmisión es automática de variador continuo. El resultado es una respuesta óptima bajo cualquier circunstancia, ya sea en una conducción tranquila o si se prefiere un manejo más deportivo. Pero tampoco hay que esperar una respuesta contundente; para eso habrá que optar por el motor de 3.0 litros. Lo destacable es su bajo consumo de nafta por tratarse de un V6: 7,4 L/100 km en el ciclo mixto.
Su comportamiento dinámico es uno de sus puntos altos. El confort de marcha es digno de modelos más grandes. Cuenta con un sistema de suspensión neumática que permite variar la altura y la dureza. Una impecable insonorización y un interior con mucha calidad aseguran un viaje placentero. El aplomo con el que se mueve el nuevo A6 nos brindan una permanente sensación de seguridad.
Por dentro es amplio y muy cómodo para cuatro pasajeros. Como ocurre con casi todos los autos de hoy, la plaza central trasera es incómoda.
Su arsenal de elementos de confort y de seguridad se puede reforzar con algunos opcionales, como el Head up Display, el Parking Assist, el navegador satelital y el Night Vision. Si ya va a pagar 80.700 dólares, un poco más de confort y seguridad vale la pena.
- 18 febrero 2012