Una ola violeta llenó de colorido las calles y fue sinónimo de solidaridad en barrio Pueyrredón

Alrededor de 900 personas, entre deportistas y colaboradores, se hicieron presentes en una nueva cruzada solidaria que comenzó hace 14 años y con 30 mujeres. En la antesala del "Día de la Madre", el altruismo se puso de manifiesto para colaborar en la prevención del cáncer de mama. La prueba la ganó Iris Barrionuevo.

“Con diez camisetas se paga un estudio preventivo para una mujer que no cuenta con recursos”, insistía a través del micrófono Gustavo Rasgido, uno de las tantas personas que se hizo presente en el gimnasio municipal 2 para ayudar en la 14ª edición de la Carrera de la Mujer “Especial Día de la Madre”.

La propuesta deportiva y solidaria, que puso en escena 14 años atrás Nancy Regina con 30 mujeres, ya es una marca registrada. Por ello, si bien el protagonismo era exclusividad de las mujeres -ya sea en las 480 chicas que optaron por correr 5K o las 420 que recorrieron una caminata de 3 kilómetros- contó con deportistas que no solo respiran deporte sino también solidaridad.

De esta manera, y en la previa de la largada (que se extendió una hora por un corte de luz en el municipal 2) se pudo observar a dos leyendas y contrincantes del atletismo local como el exolímpico Nazario Araujo y su contemporáneo Luis Alberto “Pila” Páez.

En la línea de largada, Ramón Flores y Daniela Escalante repasaban la historia reciente de aquellos que llevaron los colores de la ciudad a diversas pistas de Sudamérica. En tanto que el promotor de boxeo Vicente “Vasco” Arisnabarreta aclaraba a El Patagónico, que su presencia no obedecía a buscar una futura púgil, sino colaborar como fiscal.

En el ingreso al municipal 2, no eran pocos los que se acercaron a colaborar con la compra de una camiseta (a un valor de 200 pesos) para hacer su aporte que tendrá como destinatario al Hospital de Día Oncológico y la Asociación Prevención y Asistencia en Cáncer Comodoro Rivadavia (APAeC - CR).

Las agrupaciones de corredores con sus banderas fue una fiesta aparte. Al igual que aquellas que en forma particular se acercaron con sus hijas y sus nietas. Dejando en claro que la solidaridad no es una moda pasajera, y que evoluciona en adhesiones. Desde aquellas primeras 30 mujeres que le pusieron el cuerpo a la 1° edición, que se concretó ayer con poco más de 900 personas.

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