Una zona de derrumbes que no se respeta

Pese a las advertencias, hay gente que continúa eligiendo el sector de derrumbes de la costanera para dorarse al sol sin bullicio alrededor.

Un atento observador hizo llegar a El Patagónico unas imágenes captadas por él esta semana, donde se aprecia que hay gente que sigue yendo a tomar sol y escuchar romper las olas en una zona peligrosa. Es que en el norte de la costanera, en proximidades del Chalet Huergo, los derrumbes son permanentes y en los últimos meses se evitaron dos tragedias, al menos que trascendieron.

El 11 de noviembre del año pasado se produjo el desmoronamiento de piedras y rocas que cayeron poco antes de que empezara a llover en forma torrencial, incluyendo rayos y truenos.

Entonces, una roca de grandes dimensiones cayó pesadamente sobre una bicicleta y la destrozó. Las personas rápidamente se fueron de la zona, temiendo nuevos desmoronamientos.

Esto no es nuevo en esa zona, sobre todo luego del movimiento que tuvo el cerro Chenque en 1995. Hay cartelería advirtiendo el peligro y los guardavidas suelen recorrer la zona por si hay algún descuidado. Pero igual el sitio sigue convocando.

Este martes fue la Policía de la Seccional Primera la que rescató a dos mujeres que quedaron atrapadas por la marea alta en la zona de acantilados, una de ellas embarazada de 5 meses.

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