La sintonía fina

Ya pasaron los discursos de apertura de sesiones, desde el pronunciado por el Presidente, pasando por el gobernador y finalizando en el intendente. Ahora es el momento de los hechos; es decir que cada uno de los titulares de los distintos Ejecutivos deben dejar de lado las palabras para pasar a las acciones concretas.
En honor a la verdad, más allá de que asumieron el 10 de diciembre y los discursos fueron pronunciados en esta primera semana de marzo, cada uno de ellos arrancó su gestión con hechos, alineamientos y definiciones más que concretas.
Ya nos hemos referido en esta columna a lo que fueron los primeros 10 días de gobierno de Macri, en los que dio vuelta el esquema social y económico que habían impuesto las gestiones anteriores, cambiando en la práctica el modelo, el funcionamiento y las prioridades del Estado.
El gobernador Mario Das Neves también arrancó de entrada a diferenciarse de la gestión anterior, a la que no le reconoce ni un solo logro, ni siquiera las casas y otras obras que está inaugurando y que, como él mismo dijo, no pueden ser fruto de una varita mágica que no tiene, dado que las mismas no pueden ser construirlas en solo dos meses.
El intendente Carlos Linares, en tanto, también le agregó impronta propia a una gestión que, pretende, sea más que una continuidad lógica de la que también fue parte importante por su rol de viceintendente, y así se lo ve reclamando y siendo parte de todas las reuniones posibles, tanto en Comodoro, como en Rawson o en Buenos Aires.
La hora de los hechos, en consecuencia, ya empezó en cada arranque de gestión, pero más en el plano político, y en esta búsqueda de diferenciación que ahora se verá si también es de complementación, ya que en cada uno de los discursos hubo menciones de unos hacia otros, y de aquel famoso trabajo en conjunto y en esa búsqueda del bien común que están siempre en las palabras pero luego, cuando arrancan las gestiones y las ambiciones políticas de cada uno (sobre el otro), se olvidan o directamente no se ponen en práctica.
La relación entre Das Neves y Linares, o viceversa, que es buena aunque vienen de "palos" distintos, es ahora cuando la deben cimentar para que la ciudad cuente con lo suyo y la Provincia con Comodoro Rivadavia. Para que esa relación avance, será necesario desactivar el nocivo juego que siempre hacen las segundas líneas, de uno y otro lado, y que utilizan el famoso regionalismo y personalismo para separar no a las personas, que es lo de menos, pero sí a los gestiones y a los teóricos desafíos y obras compartidas.
La relación entre Das Neves y Mauricio Macri, por más que vengan de palos diferentes, es más que buena y esto ya había quedado demostrado antes del balotaje y sobre todo tras la elección del ex jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como Presidente de todos los argentinos.
La presencia del presidente en el discurso de apertura de sesiones de la Legislatura es una clara y visible señal de la sintonía fina que, como ocurrió cuando el presidente novel era Néstor Kirchner, el gobernador tiene ahora con Macri. Por aquella sintonía fina, y antes de la ruptura por el cambio de modelo y la ambición presidencialista que cosechó Das Neves, la provincia del Chubut recibió inversiones millonarias para realizar obras que significaron un avance para la población.
La sintonía fina se mantiene pero, a diferencia de Kirchner, Macri tiene otra idea de país y además no es patagónico. Por lo tanto, como está ocurriendo con el aeropuerto de Comodoro Rivadavia, al Presidente y a su equipo hay que explicarles, por ejemplo, que no se trata de una terminal aérea más, sino de la que le abre y cierra las puertas de toda la Patagonia sur.
En este año político que empezó con todo se verá si los mandatarios pueden articular esos esfuerzos, algo que no parece en principio sencillo por las diferencias políticas, aunque en el caso de la Gobernación y la Presidencia están más atenuadas, y por esas ambiciones (también políticas) que siempre están o aparecen a la vuelta de la esquina.
En su discurso el gobernador, además de su diferenciación con la gestión anterior y al margen de otras definiciones, insistió en la necesidad de avanzar en la reforma de la Constitución del Chubut, algo que claramente el intendente Carlos Linares, antes y luego de las palabras pronunciadas por Das Neves en la apertura de sesiones, aseguró que no forma parte de sus prioridades ni de las de la gente.
En esa puja que siempre se da, cuando uno quiere imponer ideas sobre otras y otros, arrancará este año político, en el que el gobernador buscará aprovechar esa sintonía fina con Nación pero que, en caso de no concretarse con obras (también para finalizar las que quedaron pendientes de la anterior gestión) e inversiones, en esta ocasión la misma no sería –en principio- bien recibida por la mayoría de la provincia del Chubut que, tanto en la general como en el balotaje, votó mayoritariamente por otro modelo y candidato presidencial, y al menos por estas horas comenzó a sufrir los efectos del ajuste, la devaluación y la incertidumbre laboral, que también sigue latente (o más) luego del trabajoso acuerdo que se firmó el 1 de febrero y que la mayoría de las operadoras comenzó a incumplir desde casi el día siguiente.
En definitiva se trata de que, como en el resto de las acciones y gestos, la sintonía fina sirva para mejorar las cosas de todos y no solo para estar en la primera fila de los discursos.

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