Siete días después de derrotar a Sudáfrica por primera vez en la historia, los Pumas vuelven a enfrentarlos, esta vez en casa. Con entradas agotadas, el estadio de Vélez Sarsfield será el escenario hoy, a las 16.40, de la despedida del seleccionado argentino del país, el último encuentro antes de viajar, en dos semanas, rumbo a Inglaterra para disputar el Mundial.
Tras la victoria 37-25 en Durban, que dejó a los Pumas en el tercer lugar del Rugby Championship, la expectativa por ver otra gran actuación es mayúscula. Además, es el regreso de un test match de primer nivel a la capital luego de una ausencia de cinco años. Desde la victoria ante Francia 41-13 en junio de 2010 que los Pumas titulares no jugaban en Buenos Aires. Con un condimento especial: la presencia, como en Durban, de los Pumas del 65.
El partido le servirá al coach Daniel Hourcade para terminar de analizar a sus jugadores y definir la lista de 31 que irán al Mundial (ver aparte), pero también para confirmar que el triunfo de siete días atrás no fue casualidad. Otra buena performance servirá para que el equipo viaje a Inglaterra con la confianza por las nubes.
Pero enfrente está el segundo mejor equipo del mundo, que llega con el orgullo herido y sed de venganza. Luego de ser caracterizada de "humillante" la derrota previa, el entrenador Heyneke Meyer dio marcha atrás con su plan de traer un equipo alterativo y pondrá en la cancha un XV de primer nivel. Los regresos de los experimentados Victor Matfield y Willem Alberts vigorizan el pack, mientras que Pat Lambie como apertura aporta una cuota mayor de experiencia que su reemplazado Handré Pollard. La debilidad defensiva de Mvovo y Kirchner en el fondo y la inexperiencia de los pilares son dos puntos por explotar.