Etapas del desarrollo, juegos y estimulación

El juego es un elemento fundamental para los niños. Es una gran vía de aprendizaje, una manera de comunicarse, de conectarse con el mundo que los rodea. Un gran componente de estimulación.
Hay que tener en cuenta que cada niño es particular, se debe estimular su propio potencial de desarrollo a través de los juegos, así como evaluar su evolución personal y única.
0-3 meses: a esta edad no puede interactuar tan activamente con los juguetes, estos deben estimular los sentidos más pasivamente (visión, audición y tacto). Todos los juguetes con sonidos, colores, diferentes texturas. La música y la lectura siempre son buenos estímulos en cualquier etapa, y se pueden comenzar desde el primer momento.

4-5 meses: en esta etapa, ya pueden sostener objetos con sus manos. Estos deben ser de materiales seguros, coloridos, y de tamaño considerable como para que no los puedan tragar, será una buena medida.

6-7 meses: en este momento logran comenzar a mantenerse sentados, por lo que pueden jugar en esta posición que les da más posibilidad de interacción con los juguetes y el medio ambiente.

8-11 meses: en esta etapa algunos comienzan con el gateo, por lo que gran parte de su entretenimiento consistirá en desplazarse y descubrir el mundo que los rodea de esta manera. Comenzará el juego de tirar objetos y esperar que estos vuelvan (devueltos por manos de un adulto). Esto simula la situación de alguien que se va pero vuelve. Este juego ayuda a ordenar la estructuración psíquica de esta etapa. Se puede ir progresando la complejidad de los juegos de encastre, y juegos de apilar.

12-18 meses: como comienzan con la marcha, los juegos que tengan que ver con arrastre y movimiento serán de mucha utilidad (autitos, trencitos, animalitos con manija para arrastrar). También juegos en forma de mesita donde pueden apoyarse y jugar o empujar para trasladarse.

18-24 meses: se los puede introducir en el mundo de los rompecabezas sencillos, lápices para pintar, juguetes que puedan introducirse dentro de envases de plástico o cajas, cuidando que no sean demasiado pequeños para llevar a la boca.

24 meses: todo material maleable, como la masa para armar formas, servirá como entretenimiento, y motor de creatividad, y contribuirá a la preparación para el momento del control de esfínteres.

36 meses: al tener mayor control de su cuerpo, y más destrezas, pueden realizar actividades físicas también, como saltar, andar en triciclo, jugar con pelota; también pueden armar rompecabezas y juegos de encastre más complejos. En esta etapa comienzan a compartir los juegos con otros niños (deja de ser un juego solo en paralelo).

4-5 años: ya pueden comprender consignas más complejas, por lo que pueden participar de juegos reglados (cartas, dados).
¿QUE DEBEMOS TENER EN CUENTA COMO NO RECOMENDADO?
Andador: no es recomendable, ya que lejos de estimularlos, realiza el esfuerzo por ellos, por lo que tiene un efecto contrario a la estimulación. Pudiendo contribuir a generar más accidentes.
Materiales que puedan ser tóxicos y objetos pequeños que puedan ser introducidos en la boca y atragantarse.

Fuente: Sociedad Argentina de Pediatría

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