Una boda inédita, a más de 4000 metros de altura

Un acontecimiento histórico ocurrió ayer cuando dos trabajadores se casaron en el campamento minero Los Amarillos, en San Juan, ante los ojos de 3000 invitados, entre mineros, familiares y amigos.

Se trata de Sabrina Oribe y Luciano Vedia, que dieron el sí ante la titular de la delegación Rodeo del Registro Civil sanjuanino.

La conmovedora fiesta comenzó con la ceremonia civil en un pequeño escenario montado para la ocasión y luego los novios bailaron el vals con los testigos, todos ellos compañeros de trabajo, familiares y amigos.

El salón principal del campamento se vistió de fiesta, con todas las mesas y sillas de blanco, y los 3000 invitados disfrutaron de un menú especial que contó con una entrada de fiambres, un primer plato de pollo relleno con papas bravas y, de postre, mouse de chocolate y dulce de leche, con láminas de mantecol.

Los novios, visiblemente emocionados, recorrieron el inmenso salón para sacarse fotos con todos los invitados y las compañeras de Sabrina, con lágrimas en los ojos, cumplieron con el ritual de tirarle arroz a la novia.

"Nunca dejamos de confiar en lo que queríamos. Habíamos soñado con casarnos aquí y contamos con el apoyo de mucha gente para que este sueño se hiciera realidad", dijo Sabrina a todos sus invitados, después de bailar el vals. Luciano, también agradeció por la fiesta, especialmente a sus hermanos y primos, que lo acompañaron en la boda.

LA ELECCION

Sabrina, oriunda de Tucumán, y Luciano, de la localidad sanjuanina de Angualasto, se conocieron el 2 de julio de 2010 en la empresa Barrick. "Cuando le pedí que eligiera dónde, era por si quería hacerlo en Tucumán o en San Juan, pero nunca me imaginé que se le ocurriría acá en Lama", relató Luciano, que parece todavía sorprendido por haberse casado en medio del emprendimiento minero Pascua Lama. "Agarré vuelo yo también. Me gustó la idea, es algo loco, raro, algo que vivís una sola vez en la vida y no te olvidás más", agregó.

La idea, aunque algo extraña, de inmediato sumó la aceptación de los jefes y compañeros de los novios. Y se convirtió en el principal tema de conversación. Después de tanta espera e innumerables preparativos, Luciano y Sabrina cumplieron su sueño. Para la Luna de miel cambian la mina por la playa: se irán a Mar del Plata.

La fiesta continuará hoy al mediodía con una ceremonia religiosa en Angualasto. Pero la boda será inolvidable..

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