Among Us y los delincuentes sexuales

Desde Grooming Argentina ya están recibiendo denuncias de casos de ese ciberdelito en la plataforma; si bien por su contenido violento el juego fue pensado para usuarios mayores de 10 años, son miles las chicas y los chicos más pequeños que lo utilizan; los abusadores buscan ganarse su confianza para pedirles imágenes o videos de contenido sexual.

En los últimos meses, la aplicación Among Us se convirtió en furor en todo el mundo, destronando al superpopular Fornite y superando los 60.000.000 de jugadores diarios a nivel global. Si bien por su contenido violento el juego fue pensado para usuarios mayores de 10 años, son miles las chicas y los chicos más pequeños que lo utilizan en nuestro país. Desde Grooming Argentina ya están recibiendo denuncias de casos de ese ciberdelito en la plataforma, que se caracteriza por el acoso de parte de un adulto a niñas, niños y adolescentes a través de Internet, para obtener algún tipo de gratificación sexual o imágenes sexuales. La semana pasada llevaron a la Justicia el caso de una niña de 9 años de la provincia de Buenos Aires que fue contactada por un ciberdelincuente que, tras solicitarle su número de teléfono, comenzó a pedirle fotos y videos de contenido sexual por WhatsApp.

La familia de Ludmila –su nombre fue cambiado para preservar su identidad–, fue otra de las que fueron asistidas por la organización. Tiene 13 años y hace dos semanas estaba jugando a Among Us con tres amigas cuando un desconocido se sumó a la partida que las niñas habían configurado como “privada”. “Yo ya había escuchado de una amiguita de mi hija menor, de 10 años, que había gente que se metían incluso en partidas privadas, hackers, pero no le di mucha bolilla. Cuando Ludmila estaba jugando y entró esa persona desconocida, les empezó a pedir datos personales, a preguntarles dónde vivían”, cuenta Marcela, que tiene 46 años, es pediatra y vive con su familia en la ciudad de Buenos Aires.

Por el chat del juego, la persona les pasó un perfil de Instagram: cuando entraron, las chicas vieron que aparecían fotos de ellas, sus nombres y redes sociales. “Se asustaron mucho, porque ellas nunca le habían compartido esa información. Esa noche no pudieron dormir”, agrega Marcela. Las niñas salieron del juego y Ludmila le contó rápidamente a su mamá lo que había pasado. Como enseguida borraron la aplicación, no pudo avanzarse con la investigación. Sin embargo, para Marcela fue clave que tuvieran las herramientas para advertir que estaban en peligro y recurrieran a un adulto.

Según los referentes, durante la pandemia los casos de grooming –estrechamente vinculados a la comercialización de imágenes de explotación sexual de niños, niñas y adolescentes– aumentaron significativamente. Generalmente, se hace desde perfiles falsos en los que el groomer (como se conoce a estos delincuentes) se hacen pasar por chicos o chicas para ganarse la confianza de sus víctimas. "Lastimosamente, cuando empezó el furor de Among Us nos pusimos en alerta. Es verdaderamente preocupante lo que estamos viendo”, señala Hernán Navarro, fundador de Grooming Argentina.

El especialista explica que en cualquier lugar donde haya chats y niños o niñas del otro lado puede haber grooming: Facebook, Instagram, WhatsApp o juegos online. “En Among Us, por la propia dinámica del juego, los impostores deben ocultar su identidad para lograr sus cometidos mediante los engaños y manipulaciones. Es una radiografía idéntica de cómo operan los delincuentes sexuales a la hora de ejecutar la modalidad del grooming”, describe Navarro.

¿Qué es Among Us?

Traducido al castellano como “entre nosotros”, es un videojuego disponible de forma gratuita para dispositivos móviles iOS y Android. También se puede emular de forma legal la versión en PC y Mac. Se basa en un grupo de entre cuatro a 10 participantes a bordo de una nave espacial, donde cada uno asume un rol: compañero de tripulación o impostor. Según la cantidad de jugadores, uno o dos son impostores y el resto compañeros de tripulación. Los impostores deben matar a la tripulación antes de ser descubiertos. Los nombres verdaderos no son mostrados, ya que cada uno elige un sobrenombre. En todo momento los jugadores pueden utilizar la opción de chat para comunicarse. “El punto más sensible y crítico se encuentra en los mensajes que pueden recibirse a través del chat, si bien son públicos y todos los participantes pueden verlos, pueden ser de todos modos inadecuados y producir alguna acción o reacción masiva”, alertan desde Grooming Argentina.

¿Cómo funciona?

Su implementación es muy sencilla: se descarga, se instala, y ya está listo para usarse. El jugador puede elegir utilizarlo de forma “local” o “en línea”. De forma “local” todos los participantes deben utilizar la misma red wifi. “En línea”, el jugador puede seleccionar “ser anfitrión”, generando una nueva partida; la opción “pública”, donde elige una partida en curso (con desconocidos); o “privada”, ingresando en una partida con un código que la identifica. Una vez que comienza, los jugadores son informados si son tripulantes o impostores.

En general, si bien el vínculo entre el groomer y el chico puede comenzar en una plataforma de juego, estas sirven como “gancho” o “cebo” para migrar luego a otra, que suele ser WhatsApp o alguna red social como Instagram. “Es ahí donde el delito termina de configurarse”, asegura el fundador de Grooming Argentina.

Para Navarro, es fundamental advertir a las madres y los padres que Among Us es una nueva excusa para hablar sobre grooming con los chicos y las chicas. “Rápidamente debemos poner la lupa, porque cuando una plataforma se convierte en furor, ese furor va atado a la masividad de usuarios –dice–. Esto lo interpretan tanto perfiles de groomers que operan en solitario como otros organizados en redes a nivel transnacional”.

Marcela cuenta que no solo sus hijas están superenganchadas con el juego, sino que su sobrino de 6 años también. “Muchas veces los papás nos confiamos porque son juegos donde no tenés que ingresar con datos personales o redes sociales y solo te piden un sobrenombre. Creés que es más seguro, pero no lo es: de alguna manera logran enganchar a los chicos”, reflexiona.

"“Muchas veces los papás nos confiamos porque son juegos donde no tenés que ingresar con datos personales o redes sociales y solo te piden un sobrenombre. Creés que es más seguro, pero no lo es: de alguna manera logran enganchar a los chicos”."

Marcela, mamá de Ludmila, de 13 años

Como pediatra y sobre todo en el contexto de la cuarentena, subraya el rol fundamental de la prevención: “Me preocupa mucho la habilidad de estas personas para acceder a datos personales. En el caso de Ludmila y sus amigas, no llegó a nada porque ellas reaccionaron rápido: desde el colegio nos dieron muchas herramientas para que los chicos y los padres estemos alerta”, dice.

¿Cuán frecuente es el Grooming?

Se trata de un peligro latente para miles de niños, niñas y adolescentes, si se tiene en cuenta que al 35% alguna vez le pidieron que enviaran fotos desnudos o con poca ropa y que el 33% recibió imágenes o videos de contenido sexual de un desconocido que los contactó por Internet. Las alarmantes cifras se desprenden de un reciente informe de Grooming Argentina, según el cual seis de cada 10 chicos y chicas de entre 9 y 17 años hablan con desconocidos por Internet y tres de 10 se encontraron alguna vez personalmente con alguien con quien se contactaron por ese medio. Ante el aumento de los casos, desde Grooming Argentina alertan que la legislación actual “es deficiente y no tutela de manera efectiva el bien jurídico protegido que es el de resguardar la integridad sexual de niños, niñas y adolescentes en Internet”. Por eso, en los próximos días van a elevar a la presidencia provisional del Senado de la Nación un proyecto de modificación de la ley de grooming. Entre otras cuestiones, Navarro plantea que tiene que haber un aumento de las penas, “que hoy son solo simbólicas, de seis meses a cuatro años y en general son de ejecución condicional, es decir, en suspenso”.

Algunas recomendaciones de ciberseguridad

Desde Grooming Argentina señalan que si bien las plataformas tecnológicas no fueron creadas con el fin de perjudicar a los usuarios, tampoco pueden garantizar el bienestar digital de niñas, niños y adolescentes. Es en este punto donde los adultos responsables debemos trabajar de manera proactiva para intentar mantener un entorno digital saludable, no solamente en Among Us, sino en las distintas plataformas.

  • Transmitirles a los chicos que no deben hablar con personas desconocidas.
  • No tienen que brindar información personal: número de teléfono, dirección, nombre y apellido completo, perfil de red social, escuela o club al que van.
  • No aceptar solicitudes de personas desconocidas.
  • No enviar ni solicitar mensajes con material íntimo (fotos, videos, audios).
  • No brindar el número de teléfono a nadie dentro de Among Us ni en cualquier otra plataforma.
  • Siempre copiar el ID (la URL del perfil) del agresor.
  • Realizar capturas de pantalla de manera automática que evidencien las acciones del autor, ante una situación adversa, cualquiera sea, que nos toque atravesar.
  • En caso de ser víctima de una situación de grooming, no escrachar al groomer, no borrar conversaciones y realizar la denuncia correspondiente. Para denuncias, se puede utilizar la aplicación de Grooming Argentina. En la misma, se puede denunciar el acoso y abuso sexual en Internet a niños, niñas y adolescentes con solo apretar un botón. De esa forma, se remite a una línea de WhatsApp que es atendida las 24 horas, activándose un protocolo de actuación, acompañamiento legal y psicológico.
  • En lo que respecta a la aplicación Among Us, verificar y actualizar todos los niveles de seguridad para que niñas, niños y adolescentes no sean blancos del delito de grooming.

Otros consejos para madres y padres

Involucrarse: el adulto siempre es responsable, no existe eso de que “los chicos manejan solos la tecnología, entienden más que yo”. Por el contrario, los niños y las niñas deben sentir que cuentan con el apoyo de un mayor, aún cuando se trate de Internet.

Informarse acerca de qué es y las consecuencias del grooming: saber cómo funciona, cuántos casos hubo últimamente, si se dan nuevas modalidades, etcétera.

Dialogar con los chicos: al igual que lo haríamos respecto de otros riesgos que pueden enfrentar en su vida, con confianza y generando un marco de contención.

Enseñarles reglas básicas: explicarles que del otro lado de la pantalla una persona puede estar mintiendo sobre su identidad; que no deben hablar con desconocidos, y si llegan a hacerlo, limitar la conversación a los temas en cuestión, por ejemplo, si están jugando online, conversar sobre la estrategia; nunca revelar datos personales y mucho menos acceder a pedidos tales como sacarse la ropa, mostrar una foto o seguir conversaciones de carácter sexual. Y si eso llega ocurrir, saber que deben pedir ayuda y que el contacto debe frenarse. Que los chicos y las chicas sepan que deben limitar la cantidad de gente que aceptan como amigos o contactos en redes o grupos; controlar la gente con la que dialogan y el tipo de contenido que utilizan en esas comunicaciones.

En los dispositivos: conocer los sistemas de navegación; leer las políticas de privacidad a la hora de bajar aplicaciones, como por ejemplo, si es menester ser mayor de edad para descargarlas; entre otros.

Fuente: La Nación

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