Con un 80% de los cardenales electores designados por Francisco, el Cónclave se inicia con una clara impronta del pontífice latinoamericano. De los 135 cardenales con derecho a voto, se espera la ausencia de algunos por motivos de salud y, posiblemente, la exclusión de otro por decisión del mismo Francisco.
El proceso de elección, que se llevará a cabo a puerta cerrada en la Capilla Sixtina, contempla hasta cuatro votaciones diarias hasta alcanzar los dos tercios necesarios para elegir al nuevo Papa. Si tras 30 votaciones no se llega a un consenso, la elección se definirá por mayoría simple. La tradicional "fumata" blanca o negra indicará al mundo el resultado de la votación.
La figura de Francisco, con su estilo cercano y sus reformas, ha dejado una huella profunda en la Iglesia Católica. Muchos fieles esperan que su sucesor continúe su legado, marcado por la lucha contra los abusos, la inclusión de la mujer y los laicos, y la defensa de los más vulnerables. Sin embargo, las divisiones internas entre sectores conservadores y progresistas podrían complicar la elección.
Los cardenales, conscientes de la importancia de este momento, buscan un líder que mantenga la continuidad pero también impulse nuevos avances. Figuras como Pietro Parolin, Luis Antonio Tagle, Peter Turkson y Matteo Zuppi emergen como posibles candidatos, aunque el resultado final es incierto.
El Cónclave, rodeado de misterio y tradición, despierta la fascinación del mundo entero. La reciente película "Cónclave" ha popularizado aún más este proceso, aunque los cardenales insisten en que la realidad supera la ficción. Con el mundo observando atentamente, la Iglesia Católica se prepara para elegir a su nuevo líder espiritual.