Los fieles de María peregrinaron por la paz, los enfermos y la unión del país

Alrededor de medio millar de fieles protagonizaron ayer la procesión por el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en las calles del Centro de Comodoro Rivadavia. Peregrinaron desde la Catedral San Juan Bosco hasta la iglesia de Schoenstatt en donde se celebró una misa de cara al mar. Los fieles pidieron a María por los enfermos, por los que están solos y por los tripulantes del submarino ARA San Juan para que "la incertidumbre no apague la esperanza". También se rezó por el momento político que vive el país. "Hay que construir la unidad" frente a "una patria en donde hay mucha división", resaltó ante El Patagónico el padre Mario Vidmar. En Rada Tilly también se desarrolló una procesión organizada por la Parroquia Cristo Rey.

La peregrinación por el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, en Comodoro Rivadavia, fue encabezada ayer temprano por los niños y las imágenes de la Virgen de Luján, la Virgen de San Nicolás, Rosa Mística, el Señor y la Virgen de los Milagros, así como por la figura de San Expedito.

La procesión con cientos de fieles y familias misioneras partió sobre las 10 desde la Catedral San Juan Bosco por la calle Belgrano y luego bordeó el barrio Cívico y el Hospital Regional para llegar a Iglesia de Schoenstatt, frente al mar, en donde el padre Mario Vidmar encabezó una misa.

Entre los presentes había familias como la de Juan Galeano, que participó del Congreso Nacional de los Misioneros en Neuquén cuando hace unos días se conmemoraron los 25 años de la llegada de la Virgen del Rosario a la Parroquia Cristo Trabajador. También estaban presentes los integrantes del Movimiento Mariano de la Catedral y los servidores de San Expedito.

Familias completas se apostaron en el paseo peatonal que bordea la Iglesia de Schoenstatt.

El grupo musical de la Catedral coreó la “Madre del pueblo” y todos cantaron: “para celebrar tu día, se abrieron todas las flores y entonaron los cantores, un concierto de alegría”.

Abajo los niños llevaban flores entre sus manos y mujeres vestían con los ponchos de Güemes. “Madre del pueblo, qué linda eres, échame, madre, tu bendición”, cantaban todos y las guitarras se mezclaban con el sonido del mar.

“Levanta madre, al caído, salva al enfermo y al niño, y derrama tu cariño, sobre este suelo querido”, aplaudían las ancianas que pedían alguna silla para poder estar presentes en un día de fiesta.

El pedido antes de la misa y luego reafirmado por Vidmar fue hacia el mar. Incluso en medio de la ceremonia el sacerdote les pidió a los fieles que se dieran vuelta y miraran hacia el mar y expresaran sus bendiciones.

“Con María hacia el mar” ante la historia dolorosa de la Guerra de Malvinas y el misterio que encierra el océano con la desaparición del submarino ARA San Juan, el padre Vidmar pidió ser “sembradores de paz” y acompañar a los familiares de los 44 tripulantes.

El sacerdote dijo: “cada pueblo ha creado esa mujer con rostro materno de Dios” y pidió a todos mirar con los ojos de María.

Durante la misa también se rogó por los enfermos, por los que perdieron la esperanza, para que las madres se parezcan a María, para que les hablen a sus hijos de Dios, por los que no tienen a nadie que pidan por ellos, “ayuda a los que sufren el acontecimiento del submarino para que la incertidumbre no apague la esperanza”, subrayó.

La misa culminó con folclore, con parejas bailando al frente de la virgen, en una fusión de tradición y fe.

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