Reclaman la identificación de una de las víctimas de la matanza de obreros

Aurora López, de 97 años, lucha por la identificación de los restos de su padre, uno de los fusilados en la "Patagonia Rebelde". La mujer que reside en Pico Truncado encabeza el primer reclamo por el reconocimiento de uno de los huelguistas asesinados en 1921, que fue sepultado en una fosa común.

En 2021 se cumplirá un siglo de los sangrientos sucesos conocidos como La Patagonia Trágica o Patagonia Rebelde, donde se estima que fueron fusilados entre 300 y 1500 obreros. Ocurrió en la provincia de Santa Cruz durante una huelga de peones rurales. La historia está retratada en el célebre libro del escritor Osvaldo Bayer. Sin embargo, aquellos episodios y aquellas muertes permanecen, todavía, como una herida abierta para todos.

Por primera vez, luego de más de nueve décadas, se hace público el reclamo de búsqueda e identificación de los restos de uno de los huelguistas fusilados. La hija de uno de los trabajadores asesinados, Aurora López, tiene hoy 97 años, vive en Pico Truncado y es quien encabeza el pedido.

LOS COMIENZOS

Como publica el diario Infobae, todo comenzó en 1921, a partir de una crisis económica. El precio de la lana después de la Primera Guerra Mundial se había depreciado en el país. Los estancieros latifundistas ya no estaban generando ganancia y acumulaban ingentes stocks de producción que no podían colocar por falta de compradores. Como suele ocurrir, los primeros que iban a padecer los efectos de la crisis serían los asalariados. La gran cantidad de despidos sumados a las humillantes condiciones de trabajo detonaron una serie de protestas.

Los trabajadores decidieron llevar adelante un paro general y ocupar haciendas. La organización obrera se fortaleció y proveyó a los manifestantes de armas para la autodefensa. Los principales líderes del movimiento libertario eran el español Antonio Soto y el entrerriano José Font, conocido como Facón Grande.

Facón, por solidaridad con sus compañeros, terminó dirigiendo a un grupo de 400 hombres que se enfrentó a balazos contra el Ejército cerca de la estación Jaramillo del entonces Ferrocarril Patagónico. Luego de ser capturado, fue fusilado por orden del teniente Héctor Benigno Varela, quien traicionó su propia promesa de no fusilar al entrerriano ni a quienes se rindieran junto a él.

Varela estaba a cargo del Regimiento 10 de Caballería y, apenas llegó a Santa Cruz, impuso la pena de fusilamiento contra peones y obreros en huelga.

Cuando comenzaron los fusilamientos, ejecutados por el Ejército, la Armada y la policía, los obreros rurales fueron obligados a cavar sus propias fosas, en predios de distintas estancias y localidades santacruceñas.

Según diversas publicaciones, como las de la Comisión Nacional de la Memoria, o el propio libro de Bayer, La Patagonia Rebelde, las víctimas de aquel ataque podrían llegar a cerca del millar, entre los que había ciudadanos españoles, que habían huido de la Primera Guerra Mundial y trabajadores chilenos oriundos de la isla de Chiloé.

La herida está abierta todavía hoy en la región. Diferentes ONGs y comisiones en las distintas ciudades han marcado los caminos de la huelga y de sus muertos, señalando, y preservando las fosas comunes, ocupándose, además, de su mantenimiento.

Carla García Almazán, directora de Patrimonio Cultural de la provincia de Santa Cruz, señaló a Infobae: "Hemos declarado como un bien del Patrimonio Inmaterial de la Provincia al Circuito Histórico del Huelguista a los lugares. Los sitios de fusilamiento son sitios históricos y existe el reclamo social de búsqueda e identificación de los restos a partir de las distintas comisiones, grupos de investigación que piden la reivindicación histórica. Muchos de estos grupos están conformados por voluntarios que bregan por preservar el patrimonio, y cercanos a algunos familiares y descendientes de aquellos huelguistas".

NUNCA ES TARDE PARA PEDIR JUSTICIA

Hoy casi todos los sitios donde están las fosas han sido señalados y preservados por distintas organizaciones civiles. Como constituyen circuitos turísticos de gran interés pero la mayoría se encuentran en predios privados, los actuales propietarios permiten el paso para recorrer esos lugares históricos.

La primera ONG para la protección de estos lugares surgió de la mano de Osvaldo Bayer y Marcelo Serafini. Se llama Ruta de la Huelga y está cumpliendo por estos días 30 años.

Ruta de la Huelga es el grupo que acompaña el reclamo de Aurora López, hija de Alejo, fusilado en Jaramillo, el 21 de diciembre de 1921. Al momento del crimen, la madre de Aurora estaba embarazada de ella, por lo que la santacruceña no llegó a conocer a su padre.

La mujer, que hoy tiene 97 años, vive en Pico Truncado y reclama desde 2014 que los restos de su progenitor sean identificados.

Beatriz Martínez, de la comisión de resguardo patrimonial Cañadón León, conoció a Aurora en 2014, en una expedición a Pico Truncado siguiendo la Ruta de la Huelga. La anciana los recibió en su casa, donde les planteó su necesidad de recuperar los restos de su padre.

Marcelo Serafini, en tanto, ha sido perito demarcador de sitios durante 30 años y conoce los lugares donde se hallan las fosas comunes con bastante precisión. Además desde su tarea como docente, prepara a las nuevas generaciones para que continúen en la preservación de lugares de la memoria.

"Me volví grande en esto, desde los 27 a los 53 años, conseguimos la Ley de sitios, pero los mantenemos nosotros. Aurora tiene quizás más posibilidades que ninguno de no amanecer mañana. Démosle todo lo que podamos para cumplir su pedido, estamos en deuda como Nación con esta mujer", explicó.

Sobre las posibilidades de ubicar la fosa con los restos de Alejo López, Serafini graficó: "se puede acotar la búsqueda a un lugar mucho más específico. Porque en el caso de esta fosa, los restos habían quedado expuestos por la acción del viento, en el paso de una estancia y se les dio sepultura, incluso uno de los jóvenes allí enterrados, Servando Romero, hijo de una familia notable, fue buscado por su familia y exhumado. Le dieron cristiana sepultura en el cementerio local. En esa fosa, habría mínimo cinco cuerpos entre los que estaría el papá de Aurora. Por un documento de Marinería, así se llamaba entonces a la Armada, de diciembre de 1921 sobre los muertos de Jaramillo, señalan cómo los van dividiendo según dónde están los cuerpos e indican el nombre de Alejo López"

En todas las publicaciones son recurrentes los nombres de 16 españoles fusilados. Luis Milton Ibarra Philemon, de la Comisión por la Memoria de las Huelgas, fundada en 2006, y creador y del Archivo Histórico del Calafate, tiene identificados a tres de ellos: Santiago González Diez, fusilado en Río Gallegos; José Rogelio Ramírez, fusilado en Puerto de Santa Cruz y Ramón Pantin, que fue asesinado por el pelotón con tan solo 17 años.

Milton ha tratado de que en cada ciudad de la zona se formara una comisión de mantenimiento y preservación, sin mucho éxito. Empezaron en 2006 con la Comisión de El Calafate, y desde entonces, junto a Carlos Cobelo, trabajan en el mantenimiento y puesta en valor de las sepulturas de la Estancia la Anita, lugar donde más fusilamientos hubo. Incluso cuentan con el apoyo del dueño de las tierras, Federico Braun, que les permite homenajes y mantenimiento.

Milton afirmó que la tumba del padre de Aurora, donde también estaría el gaucho Facón Grande, está ubicada a 1500 metros al sur de Jaramillo.

En agosto de 2018 se cumplieron cuatro años de la primera presentación pública del caso López. En 2014 en una reunión convocada por el entonces Presidente del Concejo Deliberante de Gobernador Gregores y miembros de Ruta de Huelga analizaron las estrategias a seguir con el caso, cuando Aurora tenía 93 años.

La agrupación Ruta de la Huelga realizó presentaciones desde entonces ante organismos provinciales y nacionales de derechos humanos, entre los que se encuentran subsecretaria provincial de Derechos Humanos, la Secretaría Nacional de Derechos Humanos, el Archivo Nacional de la Memoria y el Observatorio de Derechos Humanos del Senado de la Nación. Por estos días están haciendo la primera presentación judicial formal, reclamando por primera vez la identidad de un huelguista fusilado en 1921.

Según los expertos, a Aurora la asiste el derecho a la verdad, consagrado por la Organización de las Naciones Unidas como universal, que es de carácter autónomo y asiste a las víctimas de violaciones de los derechos humanos, así como a sus familiares y a la sociedad en su conjunto.

"Gracias a Dios, hasta ahora estoy viva, con mucha edad, pero con salud y buena memoria, y quiero saber", aseguró recientemente la mujer de 97 años, que se ilusiona y todavía espera.

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