A partir de este lunes, ambas provincias implementan nuevas normativas que limitan drásticamente el uso de celulares y otros dispositivos móviles dentro de los establecimientos educativos. La meta es clara: mejorar el aprendizaje, reducir las distracciones y fomentar una mejor salud mental en los estudiantes.
Aunque con enfoques ligeramente diferentes, tanto la patagónica Neuquén como Salta buscan un equilibrio entre la tecnología y las necesidades pedagógicas.
Neuquén: Prohibición casi total, salvo para fines educativos específicos
En Neuquén, la Ley N° 3520 establece una regulación estricta para todos los niveles y tipos de gestión escolar. En el nivel inicial y primario, el uso de celulares queda completamente prohibido durante toda la jornada. Solo se permitirá una excepción con autorización expresa de la dirección y con fines estrictamente pedagógicos, en el marco de un proyecto didáctico planificado.
Para el nivel secundario, el uso de dispositivos estará condicionado a la autorización del docente para situaciones educativas concretas. Fuera de esos momentos, los celulares deberán permanecer apagados y guardados en lugares específicos designados por cada escuela.
La provincia también impulsa que cada institución defina su propio reglamento interno y promueve campañas de sensibilización sobre ciudadanía digital, con evaluaciones periódicas para medir el impacto de la norma.
Salta: Sin celulares en clase, salvo con permiso docente
Por su parte, en Salta, la Ley 8474 —cuya reglamentación entró en vigor hoy, 28 de julio— prohíbe el uso de dispositivos digitales en horario de clase tanto en escuelas primarias como secundarias. La única excepción será si el docente o la dirección autorizan su uso con fines pedagógicos.
La ministra de Educación de Salta, Cristina Fiore, explicó que en el caso de las primarias, se requerirá además la autorización de las familias. La intención es que los celulares se integren a la dinámica de clase solo cuando sea estrictamente necesario, por ejemplo, para investigaciones puntuales. Los dispositivos deberán guardarse en espacios establecidos por cada institución al inicio de la jornada, y se implementarán programas de concientización sobre el uso responsable de la tecnología.
Ambas provincias dan un paso importante para redefinir el rol de la tecnología en el aula, priorizando la concentración y el bienestar de los estudiantes en su proceso de aprendizaje.