Artritis reumatoidea: su impacto en la calidad de vida del paciente

La Artritis reumatoidea es una patología que afecta a más de 21 millones personas en el mundo. En Argentina son más de 400 mil las personas que la padecen. Según los especialistas hasta el 40% de los pacientes pueden ver afectada su productividad laboral debido a esta patología.
La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad sistémica, autoinmune, progresiva y crónica que afecta principalmente las articulaciones de las personas. Se estima que afecta a más de 21 millones de personas en el mundo y cerca de 400 mil en Argentina. La AR, por tratarse de una enfermedad sistémica, puede provocar también daños en otros órganos como el corazón, pulmones, ojos y la piel. De allí, la importancia del diagnóstico e inicio del tratamiento temprano.
Esta patología, de la cual se desconoce la causa exacta, puede afectar tanto a hombres como mujeres (su incidencia promedio es de 2.4 por cada 10 mil personas) aunque su incidencia es mayor en este último grupo. Mientras que la proporción en hombres es de 1.1 por cada 10 mil personas/año, en las mujeres es el triple. En cuanto a la edad, se estima que el mayor nivel de actividad de la enfermedad es entre los 20 y 40 años, crece a medida que pasan los años y luego de los 75 años decrece.
Entre los principales síntomas de la enfermedad se encuentran el dolor, inflamación y rigidez articular en manos, pies, rodillas, hombros y cuello principalmente. Se sabe que las personas con AR inician con daño progresivo y permanente de las articulaciones desde etapas tempranas de la enfermedad, mucho antes de que los cambios como la deformación articular, sean visibles. Dentro de los 2 primeros años de la enfermedad, más del 70% de los pacientes tiene evidencia radiológica de destrucción articular.
En este sentido, uno de los síntomas que más preocupa a los pacientes y a los profesionales de la salud es el dolor crónico. No sólo por el dolor en sí mismo, sino por cómo este impacta en la calidad de vida, estado anímico y productividad del paciente. Este dolor persistente puede generar sensaciones como enojo, frustración, impotencia y ansiedad, y afectar de esta manera la rutina de los pacientes, quienes intentan eludir el malestar evitando ciertas actividades que pueden resultarles dolorosas como encuentros fuera de su casa e ir a trabajar entre otros.
Más allá de concientizar respecto de cuáles son los principales síntomas a los que tenemos que estar alertas, los especialistas remarcan la importancia de llegar a la consulta médica de manera lo más temprana posible y el inicio del tratamiento de manera integral tan pronto lo indique el profesional médico, también es importante poner en foco en otro aspecto del que no se habla habitualmente pero que afecta notablemente en la calidad de vida de los pacientes, sobre todo a aquellos en actividad: el impacto en la productividad de las personas.
Al respecto el Dr. Enrique Soriano, Jefe de la Sección de Reumatología del Hospital italiano de Buenos Aires y Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Reumatología manifiesta que “la AR es una enfermedad discapacitante que afecta la productividad laboral de las personas que la padecen” y asegura que “hay muchas investigaciones que han mostrado que esto es así”. Si bien el profesional aclara que el porcentaje varía según tiempo de evolución, sostiene que “hasta un 40% se ven afectados en cuanto a su productividad laboral”, subraya. La AR afecta no solamente su productividad laboral, sino también su calidad de vida. “Una mala calidad de vida por la enfermedad impacta en la producción laboral y por otro lado la incapacidad laboral impacta en la calidad de vida” asegura Soriano.
De acuerdo a un artículo publicado por la Sociedad Argentina de Reumatología acerca de una investigación llevada a cabo por el Servicio de Reumatología del Hospital Dr. E. Tornú, la Organización Médica de Investigación y el Instituto de Rehabilitación Psicofísica durante 2009 y 2010, hasta el 70% de los pacientes con esta patología desarrollarán discapacidad laboral luego de 10 años de evolución de la enfermedad, produciéndose el incremento más significativo durante el primer año luego del diagnóstico.
“Obviamente la pérdida laboral es un impacto enorme en los paciente, los afecta anímicamente, y es un problema serio" comenta el vicepresidente de la Sociedad Argentina de Reumatología, quien también destaca que existen varios aspectos que ayudan a minimizar este impacto. "El tratamiento precoz, efectivo y agresivo ayuda a evitar esto. Pero, en el caso de los pacientes que realmente no pueden trabajar, que hoy en día con los nuevos paradigmas del tratamiento diagnóstico más temprano, el tratamiento agresivo y efectivo son cada vez menos, se busca que encuentre una actividad que sean capaces de hacer para mantenerse con cierto grado de actividad”.

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