La ciudad de San Salvador de Jujuy no sale del asombro tras la detención de Matías Jurado, un hombre de 37 años sospechado de ser un asesino serial luego de que en su casa se encontraran restos óseos y piel humana. Si la hipótesis de los investigadores se comprueba, se trataría de un hecho sin precedentes en la historia criminal de la provincia.
El caso tiene en vilo al barrio Alto Comedero, donde los vecinos vivían con miedo ante los comportamientos violentos del detenido. Jurado había sido apodado como “el machetero” porque siempre andaba por la zona armado con machetes y en varias ocasiones amenazaba con apuñalarlos.
Todos los vecinos coincidieron al describirlo como “un hombre de pocas palabras y muy violento”, según la declaración de los testigos, a la que accedió el diario local El Tribuno.
“Siempre andaba con machetes encima”, confirmó por su parte el procurador general del Ministerio Público de la Acusación (MPA), Sergio Lello Sánchez. En este sentido, durante el allanamiento al domicilio del detenido, la policía secuestró al menos dos armas que podrían haber sido utilizadas en los crímenes.
En cuanto a sus antecedentes, Matías Jurado estuvo preso en varias oportunidades y cumplió diversas condenas por robos violentos con armas.
La primera detención fue cuando apenas tenía 17 años. Luego, en 2017 fue detenido por robo agravado y en 2018 por amenazas con arma en ocasión de robo. Su última condena fue de tres años y cuatro meses de prisión, pero fue beneficiado con la libertad condicional en 2020.
EL SOBRINO SABIA CUANDO IRSE
Jurado fue detenido el miércoles pasado en una precaria vivienda de las 150 hectáreas del barrio Alto Comedero de la capital jujeña. En el lugar también se encontraba su sobrino, un adolescente de 16 años que, ante la llegada de los efectivos policiales, entró en estado de shock y aportó datos espeluznantes, los cuales luego fueron corroborados en Cámara Gesell.
El menor relató que todos los viernes Jurado recibía en su casa a personas distintas, con quienes compartía bebidas alcohólicas. Según su testimonio, en determinado momento sabía que tenía que retirarse “porque pasaban cosas malas”.
El joven aseguró ante los policías que su tío descuartizaba a las personas que llevaba a casa y luego se deshacía de los restos arrojándolos a un descampado, o los enterraba.
Los dichos del adolescente se entrelazan con lo aportado por los vecinos de la zona, quienes informaron que Jurado solía frecuentar un camino muy cerca de su casa, que atraviesa un descampado. Efectivamente, en el lugar se realizó un rastrillaje y se halló una importante cantidad de restos óseos humanos y pedazos de piel, los cuales están siendo analizados para conocer la identidad de las víctimas.
Los investigadores analizaron las cámaras de seguridad del Centro de Monitoreo y corroboraron que al menos tres de los cinco hombres desaparecidos subieron a un remis con Jurado y se trasladaron hacia su casa.