La selección nacional de beach vóley se entrena en una quinta de Santa Fe

La dupla conformada por Julián Azaad y Nicolás Capogrosso, que obtuvo la medalla de plata en el Sudamericano de Lima (Perú) se trasladó a un campo cercano a la localidad de Funes para continuar con la puesta a punto de cara a los Juegos Olímpicos.

Tras jugar el Sudamericano de Lima, el plantel de la Selección Nacional de Beach Vóley

decidió aislarse en una quinta para seguir con los entrenamientos pensando en Tokio

2020.

La decisión fue luego del retorno de la obtuvo la dupla conformada por Julián Azaad y Nicolás Capogrosso, que obtuvo la medalla de plata en el Sudamericano de Lima (Perú).

Por ello, ante la cuarentena obligatoria decretada por el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, y para evitar mayor cantidad de contagios por coronavirus, la selección nacional masculina de beach vóley tomó una determinación responsable e inteligente para continuar con los entrenamientos todos juntos.

Al regresar del Sudamericano de Lima, Perú, donde la dupla conformada por Julián Azaad

y Nicolás Capogrosso obtuvieron la medalla de plata, el plantel, que se conforma por cuatro integrantes, decidió pasar el aislamiento juntos en una quinta de la ciudad santafesina de Funes para continuar con la preparación física y a la vez llevar adelante el cumplimiento de la cuarentena a raíz pandemia.

“La cuarentena no es agradable para nadie pero la venimos llevando de la mejor manera posible. Estamos los cuatro entrenando, distrayendo la cabeza y conviviendo en una casa, por lo que es bastante llevadera”, señaló Azaad. El cuarteto de vóley playa que se mantiene aislado lo completa la otra dupla argentina que participó del certamen, Leandro Aveiro y Bautista Amieva.

La idea de acondicionar el predio para no perder días de entrenamiento surgió “como un chiste”, contó el entrerriano Azaad: “Nos reímos todos pero con el correr de los días fue tomando forma porque era definitivo que teníamos que estar en cuarentena, era nuestra responsabilidad social. El plan, sin embargo, necesitaba el aval del cuerpo técnico: “Se entusiasmaron enseguida y armaron todo, trajeron alimentos del gimnasio, pagaron un flete y dejaron todos los materiales para poder entrenar acá. Estamos agradecidos al trabajo que hicieron”.

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