“Estuvo un tiempo trabajando cama adentro, la abuela vivía con ellos y ahora quedó a cargo de sus nietos. La idea es apoyarlos, que se puedan mudar para no revivir la misma situación todos los días. Se comunicó gente de la escuela a la que van a los chicos y de una iglesia”, dijeron amigos de la mujer asesinada, que están recolectando pañales, galletitas, leche y elementos de limpieza.
“Anímicamente a todos nos afectó la situación. Ella se estaba preparando para ir a la iglesia pero nunca llegó. Tenemos mucha fe. Ya no podemos pedir justicia pero sí creyendo que los chicos van a estar bien”, dijo Gabriela, amiga de la víctima.
Indicó que Elizabeth transitaba un tratamiento psicológico y que esta circunstancia llevó a que sus hijos debieran ser alojados circunstancialmente en Casa del Niño. “Ella, gracias a Dios, estuvo últimamente bien con los nenes y su mamá estaba con ellos porque tenía visitas supervisadas y estaba con los nenes porque estaba su mamá en la casa. Se dijeron muchas cosas en redes sociales; ella hoy estaba bien”.
Desde la cercanía y el afecto, describieron a la víctima como una “trabajadora”, ya que no recibía apoyo económico de los padres de sus hijos y sólo percibía una ayuda municipal que solía destinar al pago del alquiler.
Dicen que “vivía el día a día” pero realizaba múltiples actividades para generar recursos. Hacía changas, solía cortar el pelo y realizar tareas de depilación, estudiaba y solía capacitarse en actividades que le permitieran sustentarse junto a sus hijos. Cuatro de sus seis hijos vivían con ella.
“Tenían una relación que no era formal sino que era más bien tóxica. No vivían juntos pero él solía ir a la casa y quedarse los fines de semana”, dijo Gabriela en referencia al femicida que luego se quitaría la vida.
“Hay detalles que no puedo contar porque no me incumben, pero sí tenían una relación muy tóxica. Como mujeres, muchas veces permitimos cosas. Lo escuchamos tantas veces y es una frase tan repetida. Somos “tontas” en este sentido. Si vemos que no hay amor, que hay maltrato o violencia verbal o física, hay que cortar la relación”.
“Ella luchó un montón por su relación y por su pareja, pero más que nada por sus hijos. La veía haciendo cosas y cursos de inglés y hasta de maestra particular pensando en sus hijos. Siempre estuvo muy enfocada y más estos últimos meses cuando se estaba recuperando. No sigamos con falso amor. Una como mujer se da cuenta en el ámbito de su pareja y hoy existen grupos de contención, de mamás de las escuelas y las iglesias que pueden ayudar”.
Dijo no conocer al victimario, aunque lo relacionó con una organización sindical. “Sinceramente no sé bien qué era lo que hacía, pero sé que estaba en un sindicato, por eso es medio raro cómo él se manejaba. Él participaba en la UOCRA, y tenía trabajo”, indicó la amiga de la víctima.
NUNCA LLEGO A LA IGLESIA
Al momento de los hechos, Elizabeth y sus dos hijos menores –de 5 y 15 años- se preparaban para asistir a la iglesia “Ministerio de Un Encuentro con Jesús” en la calle Ameghino, el lugar que ha motorizado una campaña solidaria para ayudar y sostener las necesidades de los menores. Allí se colectan alimentos, elementos de limpieza para los hijos adolescentes de 15 y 18 años, pañales e inclusive dinero que permita paliar la situación.
“Ellos hoy están bien; físicamente están íntegros. Ella estaba bien para que los nenes siguieran estando con ella, si no la Justicia se los hubiera vuelto a sacar”, destacó la mujer.
“Hoy están en el mismo lugar por la imposibilidad de encontrar otro lugar para evitar el trauma. Estamos haciendo una colecta porque Elizabeth dejó pagado su alquiler este mes. Ellos tienen hasta el 14 de enero ya pagado. Estamos recaudando para que se vayan y estén en otro lugar, para no revivir todos los días la situación que les tocó transitar. No hay que olvidarse que son niños”.
Recordó que a las 10, hora estimada del femicidio, se celebraba el encuentro religioso al que Elizabeth nunca llegó. “Nadie dijo nada hasta que terminó la reunión; después hablamos y fue muy duro para todos. Tenemos mucha fe, hay que orar ahora por los nenes y ver que se aclare la situación”, concluyó Gabriela.