El juez Fernando D'Alessandro, del Juzgado Nacional en lo Comercial N°7, ha abierto un registro de interesados para que un posible comprador las rescate en un plazo perentorio de solo cinco días hábiles. La medida, que muchos analistas ven como un "respiro artificial", busca evitar el colapso definitivo de las empresas.
La quiebra de la filial Garbarino Viajes S.A. en junio pasado fue la primera señal del inminente final. Ahora, la sombra de esa sentencia se cierne sobre las dos firmas principales. Para participar en el registro, los interesados deben depositar una suma de $400.000 como garantía de seriedad. Si no se presenta un postor en el plazo establecido, el juez podría dictar la quiebra la próxima semana, poniendo fin a una era en el comercio argentino.
El escepticismo predomina en el sector, donde se considera que el modelo de negocio, basado en la venta a crédito, se ha vuelto insostenible frente a la caída del consumo y la feroz competencia de los mercados digitales. La crisis, que se profundizó bajo la gerencia de Carlos Rosales, también arrastró a otras filiales como Fiden y a las plantas productivas en Tierra del Fuego.