Ayer el segundo jefe de la comisaría Séptima, Miguel Huiscaman, le confirmó a El Patagónico que se descartó que el niño herido el lunes a la tarde en el Máximo Abásolo haya sido alcanzado por un balazo o un roce de un disparo, y que lo que le dejó escoriaciones en el hombro izquierdo fue una pedrada que ingresó por el ventiluz del vehículo en el que viajaba.
De ese modo, confirmó lo que este diario ayer había informado en su página 24, acerca de que el proyectil sería una pedrada. El niño había llegado al Hospital Regional para ser asistido luego de recibir una herida cuando su familia circulaba en un vehículo por calle Forjadoras Patagónicas del Máximo Abasolo.
Como cuando el vehículo sufrió el ataque en el lugar se habían escuchado algunas explosiones, los primeros indicios para la Policía daban cuenta de que se trataba de un disparo de arma de fuego.
Sin embargo, comentó Huiscaman que con el correr de las horas finalmente se confirmó que no se trató de una agresión de bala, sino que el orificio de 5 centímetros por 8 que sufrió el vehículo se habría producido por una pedrada.
En el incidente trabajó personal de la Policía Científica que no halló ningún indicio de plomos o vainas servidas.
La agresión y los daños al vehículo y al niño, según consideran desde la Policía, se habría producido en el marco de la disputa que existe en la zona entre dos bandos, y que el vehículo terminó siendo blanco de la agresión sin motivo alguno.
FAMILIAS ENFRENTADAS
En la zona hay dos familias que se enfrentan desde hace tiempo y que la Policía identifica como “los Boccardo” y “los Nahuelquir”, y a su vez allegados a cada una de las familias que también intervienen de un lado o el otro. Las diferencias que nacieron en la pelea entre dos jóvenes de 18 años se extendió a los otros miembros de las familias y ya ha habido dos heridos de bala, uno en cada uno de los bandos.
Personal de la Comisaría Séptima informó que trabaja junto a Desarrollo Humano y Familia de la Municipalidad, con asistentes sociales que tratan de intervenir en cada una de las familias protagonistas de los incidentes y con la ayuda del Centro de Promoción Barrial del Máximo Abásolo, en busca de aunar esfuerzos para lograr calmar el grado de agresión que existe entre los dos bandos, que viven muy cerca unos de otros.