El juicio contra Carlos Tortorelo y Carla Orellano se llevará adelante en la segunda quincena del mes de octubre, ocasión en la que se espera que brinden testimonio más de treinta testigos, entre los que se cuenta a operadoras de familia, responsables de la Dirección de la Niñez de la Municipalidad, familiares, amigos de los involucrados y profesionales médicos que intervinieron.
Durante este tiempo el padre de la menor, Carlos Tortelo, se negó a declarar, aparentemente por sugerencia de su abogado, integrante del Ministerio Público Fiscal, por cuanto sus palabras generan gran expectativa.
Por su parte, la madre de la beba, Carla Orellano, lo hizo en primera instancia, ocasión en la que cargó toda la responsabilidad de los hechos sobre la figura de Tortelo.
DOS VERSIONES
El juicio podría convertirse en un choque de versiones entre la madre y el padre de Abigail.
TiempoSur siguió en detalle el caso, y pudo conocer en exclusiva que Orellano acudió al área de la Niñez a intentar denunciar que Tortelo era violento el mismo día y, casualmente a la misma hora en la que el joven llevaba a la menor al hospital en estado incompatible con la vida.
El dato resulta por demás intrincado y se presta a elucubraciones, dado que hasta el momento Orellano siempre había estado en una posición absolutamente negadora y jamás habría querido manifestar que podían estar sufriendo violencia por parte de su pareja. Empero, en caso de que su relato fuese verídico, ¿Cómo es posible que haya dejado a la menor al cuidado de Tortelo?
Durante los momentos posteriores a la internación, también este medio entrevistó a los familiares de Tortelo, quienes relataron que ésa era al menos la cuarta vez que Abigail era internada por golpizas.
Cuando llega la ocasión de prestar declaración, Orellana acusó a Tortelo de haber dado muerte a la niña.
Sin embargo, información a la que tuvo acceso este diario da cuentas de que al menos judicialmente se bajara otra hipótesis, en la que la connivencia entre ambos sería clara, pero no sencilla de probar.
Se trata de la "omisión impropia", una figura que pone al padre de Abigail como un partícipe necesario de los hechos, como una herramienta fundamental para que Orellana ejerciera violencia contra Abigail de manera sistemática, colaborando en la elaboración de excusas para tapar el origen de las lesiones y defenderse ante los médicos, como un sujeto que no era el que pegaba, pero extremadamente necesario para que la niña tuviera el peor final a manos de su madre.
De hecho, en el fallo de primera instancia se establece una mención especial al "fallo Bachetti" (ver nota aparte).
Lo cierto es que se espera que el juicio se desarrolle a lo largo de al menos dos jornadas, en las que serán claves, además de los testimonios clave: como el del pediatra Córdoba que atendía a la menor y luego se descompuso tras ver el estado en que estaba internada, se conocerán los alcances de los informes y pericias psicológicas de los dos imputados.