Soledad Silveyra: "Me fui porque la cosa estaba peligrosa con Satur"

La actriz estuvo presente en la presentación del libro "Se paraba el país", que reconstruye el fenómeno detrás de "Rolando Rivas, taxista", la novela emitida entre 1972 y 1973. Guionada por Alberto Migré, hay quienes la consideran el mejor melodrama de la Argentina.

Corría marzo de 1972 y Canal 13 estrenaba una nueva novela que salía al aire cada martes a las 22 y que transcurría, principalmente, a bordo de un taxi. Con Claudio García Satur al volante y en busca de pasajeros, las calles de Buenos Aires se cuelan por las ventanas. Al inicio de cada capítulo se ven el Obelisco, la avenida Corrientes y el barrio de Boedo, su barrio tanto en la ficción como en la realidad.

Dicen que el actor tuvo que tramitar el registro de conducir para encarnar a Rolando Rivas, su primer protagónico para televisión, y a la vez, la primera novela que supo combinar imágenes de la ciudad y temáticas tales como aborto, guerrilla e inflación, por ejemplo, que daban cuenta de la compleja realidad del país y que el célebre libretista Alberto Migré fue incluyendo a lo largo de los capítulos.

Una Soledad Silveyra de apenas 20 años, pestañas larguísimas y gran cabellera rubia interpretaba a Mónica Helguera Paz, una estudiante de secundario que sube al taxi hacia el final del primer episodio en la zona de Recoleta con su uniforme de colegio privado. Rolando observa por el espejo retrovisor su cara contrariada y nerviosa. A los pocos segundos, ella abre la puerta para tirarse del auto en movimiento y así comienza el amor contrariado más exitoso de la televisión argentina entre una niña rica y un trabajador que le lleva diez años y mantiene a toda su familia.

El año pasado se cumplieron 50 años de aquel primer capítulo y hoy un nuevo libro con ilustraciones de Miguel Rep reúne tres textos para conmemorar y seguir estudiando el éxito de aquella historia. El evento de presentación del libro Se paraba el país fue en el subsuelo del restaurant Perón Perón en San Telmo y Soledad Silveyra se acercó para celebrar junto al editor y los autores. Fue ahí que habló con Infobae Leamos.

“La novela no había arrancado bien y se daba solo una vez por semana. Recién despegó después del segundo mes. En ese año, 1972, viajamos a Córdoba, casi de regalo, para asistir a los premios Bamba. La llegada nos conmovió porque nos esperaban muchos taxis cordobeses y banderas argentinas en los balcones. A García Satur y a mí nos llevaron en una caravana por la ciudad, parecíamos Perón y Evita, saludando así, una cosa surralealista. En ese momento me dije ‘Solita, esto es una vez en la vida, esto tal vez no se vuelva a repetir, no te la creas, esto es un soplo, después todo se puede dar vuelta’. Y creo que fue una canción muy importante de mi vida. No te la podes creer nunca en esta profesión porque fallás”.

Al ser consultada sobre por qué no estuvo en la segunda temporada, la actriz y conductora no tuvo remilgos en confesar que “ya la cosa estaba peligrosa con Satur. Ya no sabías si te besabas de verdad, era tal el éxito que una se marea. Yo no me mareé porque estaba muy enamorada de mi marido, pero salgo rajando. ¿Y Migré qué hace? ¡Migré me hace abortar para que el público me odie! Pero el público es siempre más inteligente. Y me escribe Pobre Diabla en el ‘73, que fue un encuentro inolvidable con China Zorrilla”.

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