En el lugar aseguran que las entraderas, amenazas y usurpaciones son moneda corriente, y apuntan contra una familia señalada por generar violencia e impunidad en el barrio.
“No podemos dormir. Hay gente que trabaja de noche, no podemos dejar la casa sola porque te entran. Les roban los celulares a los chicos. Nadie vive tranquilo”, expresó una vecina visiblemente angustiada por la situación que atraviesan día a día.
El barrio El Cerrito está “tomado” por el miedo. Entraderas a plena luz del día, amenazas de muerte, balaceras, venta de drogas y una constante sensación de abandono por parte de las autoridades encargadas de darles seguridad.
Según relataron los vecinos en FM La Petrolera, hay al menos tres familias conflictivas que se encargan de sembrar el terror en la zona. Una de ellas, en particular, es señalada por usurpar viviendas, amenazar a los residentes, drogarse frente a menores e incluso prometer incendiar casas con niños adentro.
“Nosotros no somos delincuentes, somos laburantes. Esta gente se dedica a robar, a drogarse. Tienen hijos y por eso no hacemos nada, pero la justicia tampoco actúa. Hacemos denuncias y no pasa nada”, dijeron con impotencia.
Las denuncias se acumulan sin seguimiento, muchas veces ni siquiera hay móviles disponibles. “Hay un solo patrullero para todo un barrio gigante”, reclamaron.
A la desesperante situación se suma el estado de las calles, que dificulta aún más el ingreso de móviles policiales. Los vecinos presentaron notas solicitando mejoras, sin respuestas. También intentan protegerse con cámaras de seguridad e internet, pero eso no alcanza. “Nos envenenan los perros para poder entrar a robar. Es desesperante”, comentaron.
“No somos de ningún partido político, no dependemos de nadie. Solo pedimos vivir tranquilos. Mientras dormís, te usurpan el terreno. Hacés la denuncia, pero los delincuentes terminan siendo las víctimas. ¿Hasta cuándo?”, se preguntan.