El 15 de setiembre del año pasado, se dio a conocer la denuncia a "un sargento y un cabo que golpearon en reiteradas oportunidades a dos presos a pesar de las advertencias para que no lo hagan que les dio el jefe de la comisaría", detalló el fiscal Jorge Bugueño, a cargo de la causa judicial. Sobre el hecho se supo que los dos internos se habían fugado, que fueron recapturados y trasladados a la comisaría.
Entonces, "el jefe de la comisaria, Evaristo Guzmán, observó el arribo del móvil policial con el detenido y a los pocos minutos empieza a escuchar gritos (tras lo cual), al llegar a la parte trasera de la dependencia observó cómo le estaban pegando entre dos policías e intervino para desistan de su accionar pero no le hicieron caso", precisaron desde la Fiscalía. "Al preso lo llevaron a la rastra y le pegaban, aún en mi presencia y mi pedido que no lo hicieran", declaró Guzmán.
El comisario los advirtió y la agresión cesó, pero a los pocos segundos volvió a escuchar gritos, esta vez provenientes de la sala de visitas. Al llegar al lugar, observó cómo ambos policías nuevamente estaban golpeando al preso.
Minutos después se escucha por la radio que se había detenido al otro fugado. Era llevado esposado y sin ofrecer resistencia. De acuerdo a la denuncia, "en el pasillo de la comisaría, la mayoría de los policías lo golpeó y para evitar que la golpiza continúe, tuvieron que arribar a la comisaría el segundo jefe, Diego Williams, y un oficial principal quienes ayudaron a que el preso llegue a la sala de visitas sin ser golpeado". "Una vez en la sala de visitas ambos detenidos, y ante la presencia del comisario, un cabo sostiene al preso ya esposado y lo toma violentamente por la nuca para golpear su cabeza contra la mesa, tras lo cual, los presos debieron ser custodiados por el subcomisario Diego Williams y un oficial para que el personal en turno no agrediera a los detenidos", concluyó.
El hecho fue denunciado por el comisario en la Fiscalía y se inició una investigación. El fiscal Jorge Bugueño, tras la denuncia, los acusó por "apremios ilegales" para que vayan a juicio oral y público, el cual tendrá lugar la próxima semana.
El Código Penal, en su artículo 144 bis, reprime con prisión de uno a cinco años e inhabilitación especial para el policía que impusiere a los presos que guarde vejaciones o apremios ilegales.
Los presos fueron sometidos a un examen médico para verificar las lesiones: hematomas en los ojos, nariz, tórax, costillas, cabeza, piernas y testículos.