A las 3:30 de ayer un delincuente destrozó el frente de un cajero automático del Banco Chubut ubicado en Maíz y Hernández, de Kilómetro 8, en busca de llegar al contenedor de dinero, pero no consiguió su objetivo.
Según informó el segundo jefe de la Comisaría Don Bosco, Omar Martínez, pese a los daños ocasionados el sistema de alarma del cajero no se activó porque no se llegó a vulnerar el sistema de seguridad del mismo. De esa manera, la policía fue alertada de la situación horas después.
Fuentes oficiales dieron cuenta de que una policía que intentó utilizar el cajero en la mañana se encontró con los destrozos y alertó a la comisaría.
En el caso trabaja la Brigada de Investigaciones con el registro de las cámaras de seguridad internas del cajero, como así también con cámaras externas.
"Fue un intento muy burdo", describieron los investigadores ya que el delincuente introdujo una barreta o un elemento similar en la boca del dispensador de billetes e hizo fuerza en procura de llegar a los cartuchos de valores.
El cajero quedó destrozado en su parte frontal, pero el delincuente no pudo llegar a los cartuchos con dinero que tienen un sistema de seguridad con carga posterior difícil de vulnerar tan absurdamente.
En el lugar trabajó Policía Científica en busca de huellas, aunque se trata de un cajero que tiene sus vidrios laterales prácticamente destrozados a pedradas. Incluso ayer en la puerta del cajero se podía observar el lector de tarjetas descolgado y dañado.
Durante toda la jornada el cajero estuvo custodiado por un efectivo policial que le informaba a cientos de usuarios de la zona norte que el aparato había quedado fuera de servicio.
EL ULTIMO INTENTO
El 15 de junio del año pasado, mientras la selección argentina de fútbol jugaba contra Bolivia el partido que cerraba su participación en la primera fase de la Copa Centenario –ganada por Chile-, a las 0:42 dos delincuentes volaban el cajero de la sucursal del Banco Chubut en el barrio Industrial, con inyección de gas y una mecha eléctrica.
Se trata de un modus operandi importado por delincuentes de tierras trasandinas y que en Comodoro Rivadavia ya se repitió en tres episodios durante los últimos años.
Los delincuentes aquella madrugada aprovecharon que la atención de la comunidad –incluida la policía– estaba centrada en el partido.
Pese a que ese cajero está a metros la ruta Nacional 3 -una vía que suele ser transitada aunque no tanto a esa hora-, los delincuentes se movieron rápido.
Llegaron a bordo de un vehículo oscuro, por lo que se comprobó luego a través de un video. Lo estacionaron en la calle Lorenzo Gastaldi, frente a Rectificaciones Rivadavia. Ambos bajaron encapuchados y entraron al cajero.
El último cliente había ingresado a las 0:15. Ellos lo hicieron a las 0:38, luego de ir y venir en el lugar por más de quince minutos.
En las imágenes al más bajo de estatura se lo ve llegar con una bolsa que contenía una batería para utilizarla con el cable detonador. En la mano derecha llevaba una maza. El más delgado cargaba con un cortafierros para hacer el hueco en el cajero, tras lo cual introdujo una manguera conectada a una garrafa pequeña.
Luego tendieron el cable detonador hacia la vereda, a una distancia de unos 12,5 metros de su objetivo. Trascartón juntaron los cables pelados de cobre a los bornes de la batería.
En un abrir y cerrar de ojos, el cajero voló y destrozó todo. Pero no pudieron llevarse las cuatro cajas con dinero porque la que estaba más arriba se trabó. El fuego se adueñó del lugar y debieron correr ante la activación de la alarma.
Ya tenían en sus espaldas a la Seccional Tercera y Bomberos Voluntarios. Según la investigación se marcharon en un Chevrolet Corsa verde.