Luego de conocerse la muerte de Rodrigo Curaqueo de 19 años en un calabozo de la Comisaría Seccional Quinta de Caleta Olivia donde, según la versión policial, se habría ahorcado, muchos caletenses revivieron lo que sucedió el domingo 18 de septiembre del 2016 con el joven de 29 años Gustavo Gerez.
Gustavo Geréz Bravo, de 29 años, fue detenido alrededor de las 6 del 18 de septiembre de 2016 en una calle de barrio 26 de Junio por una comisión del Comando Radioeléctrico al mando del subcomisario Méndez, quien iba en un patrullero acompañado por los suboficiales Victor Quispe, Cristian Allende y Vanina Vidal.
Observaron que estaba con su torso desnudo, con sus pantalones bajo y alterado. Cuando Méndez se le acercó (de acuerdo a lo que quedó sentado en la instrucción de la causa), el joven les profirió fuertes epítetos, les dijo que era el demonio e incluso le lanzó una trompada al oficial, pero este la esquivó, tras lo cual lo esposaron y lo trasladaron a la Comisaría Primera.
Los policías dijeron que lo hicieron ingresar caminando, pero que como no se dejaba levantar los pantalones hubo un momento en que pudo haber sido arrastrado, mientras que otros testigos que estaban en la sala guardia aseguran que lo arrastraron todo el tiempo ya que le vieron la espalda y la cola.
Un detenido había declarado haber escuchado que le víctima gritaba, pero como a él lo tenían arrodillado y contra la pared no podía visualizar lo que pasaba y además se trataba de un individuo que se hallaba ebrio.
Según indicaron los oficiales de la policía, Geréz se habría autoflagelado golpeando su rostro contra el piso y quedó desfigurado, pero su hermana Sandra asegura que varios policías que estaban en la dependencia fueron responsables de propinarle una paliza que motivó su deceso, algo que los querellantes procuraron probar en el juicio.