“Todavía le quedaban algunos días de internación y cuando tenía que entrar la visita en horario hospitalario tuvo una discusión con respecto a eso con un médico que lo denunció por amenazas”, dijo el letrado Gustavo Franquet, de la Asociación Gremial de Abogados, entidad que acompaña judicialmente al longko (jefe mapuche) en la Argentina, al referirse al confuso episodio.
En tal sentido, explicó que el activista indígena ya quedó en libertad y, según le indicaron, habría existido una especie de conciliación con el facultativo por lo que el hecho no pasaría a mayores.
De tal manera, tras declarar, Jones Huala fijó domicilio en Chile para recibir cualquier notificación y, durante estos días, mantendría un tratamiento de control médico ambulatorio, según elcordillerano.com.ar.
En cuanto a la orden de expulsión del país trasandino que pesa sobre él, Franquet expuso: “Le indicaron que tenía diez días hábiles para apelar. Evidentemente, hasta que no se cumpla ese plazo, no pueden expulsarlo. Además, si apela imagino que la cuestión se extenderá”.
Más allá de eso, Jones Huala piensa accionar en relación a ambos países: “En principio, la idea es hacer una presentación en el Sistema Interamericano (de Derechos Humanos) contra los dos Estados, el chileno, por tenerlo detenido ilegalmente, como dijo la Corte de aquel país, y contra el argentino, porque en su momento se le planteó al juez Gustavo Villanueva que exigiera que cumplieran con los compromisos asumidos en la extradición y el magistrado no lo hizo”, sostuvo el abogado.