La arquera de 73 años que le ganó al COVID 

Si bien tuvo miedo cuando le confirmaron el cuadro, lo atravesó "sin mayores problemas" y ahora exige que la pelota ruede nuevamente en Picún Leufú, Neuquén.

Marta Abeldaño es la guerrera de Picún Leufú. Si bien ostenta medallas y premios que lo pueden llegar a verificar, las enfermeras y los vecinos lo confirmaron tras vencer el coronavirus a sus 73 años y sin ninguna complicación. “Ahora estoy espléndida, esperando que arranque la liga fútbol para poder volver a las canchas”, exigió.

Ante la sorpresa de muchos sobre la edad y su activa participación en el fútbol femenino de Picún, ella está convencida: “Para mí 73 no son nada. No sé cuánto voy a vivir, pero me siento muy vital”.

Es que –según publica La Mañana de Neuquén- el despertador de Marta suena a las 6 de la mañana y comienza el día con una hora de actividad física. “Y claro, así después tengo todo el día para hacer el resto de deportes”, dijo, al contar que no solo juega al fútbol, sino que le encantan el pádel y el vóley.

Se reencontró con la tranquilidad cuando el 20 de marzo de 2020 decretaron la cuarentena y se tuvo que encerrar. “Como era factor de riesgo me tenía que cuidar aún más, pero bueno mi cuerpo me pedía hacer actividad física y me las arreglé”, contó.

Los primeros días fueron “terribles”, ya que estaba muy inquieta. “Pero empecé a mirarlo con otros ojos y a armar rutinas dentro de mi casa. Alrededor de la pileta, en el living comedor y todo eso”, dijo y explicó que el deporte es algo necesario en su vida, pero también le sirvió para matar la ansiedad.

EL VIRUS

En octubre, el mes en donde más contagios y muertes se reportaron en la provincia de Neuquén, Marta comenzó a tener síntomas. “Primero me sentí media rara. A la noche, empecé a sentir los chuchos fríos y fiebre. También me dolían mucho los ojos. Me parecía raro, así que llamé y me vinieron a hacer el hisopado”, relató.

Dos días después, le dieron el resultado positivo. “Cuando me dijeron eso me puse muy mal. Me dio miedo porque no sabía qué iba a pasar. Pero las médicas de acá se portaron muy bien conmigo y me dijeron que debía estar bien anímicamente para tener las defensas altas y poder transitar la enfermedad lo mejor posible”, rememoró.

Los primeros tres días continúo la fiebre, el cuarto perdió el olfato, pero al sexto día “ya estaba bien”. “Desde que me sentí mejor, cada vez que me llamaban mi única pregunta era si ya me daban el alta”, bromeó Marta y aseguró que forjó una buena relación con las enfermeras y los chistes que realizaba hicieron que los últimos días del aislamiento “sean más leves”.

“Todo el tiempo me decían `dale guerrera´, un apodo que viene desde antes, pero con esto de haber transitado la enfermedad, continuó”, aclaró Marta.

El primer día del alta comenzó con caminatas. “Es que tenía que ver cómo me sentía porque decían que podía generar algunas consecuencias el virus, pero yo no sentí nada”, dijo y al segundo día ya estaba corriendo.

Los entrenamientos volvieron y las canchas cada vez están más cerca. “Ahora estamos esperando que nos habiliten el torneo para poder jugar porque en varias ciudades ya están disputando y nosotros aún nada”, exigió la arquera.

UN EJEMPLO

Nacida en la Provincia de Buenos Aires, había jugado su última partida horas antes de casarse, “hace como 50 años”. “Mi marido era camionero y nos movimos por Buenos Aires, Cipolletti y otros lugares”, aclaró Marta, quien se reencontró con la pelota en Picún. “Está localidad neuquina me devolvió el fútbol porque acá estaba bastante avanzado el femenino”, explicó.

Carolina Magnalardo, periodista e investigadora del fútbol femenino en la provincia, asegura que Marta es "una de las pioneras" y la describió: "Su historia y su presente abrieron y abren caminos, y es un gran incentivo para que las mujeres de todas las edades se animen a hacer lo que aman".

A un par de semanas de cumplir 74, Marta le ganó al coronavirus y su deseo “de volar de palo a palo” sigue presente. “Quiero volver a la competencia”, concluyó.

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