A Soledad Arrieta (38), su asesino la prendió fuego en la cama y después cerró la puerta de la habitación donde ella dormía –en el quincho trasero de la vivienda de su ex pareja en el barrio Amaya–. La combustión fue rápida y le ocasionó daños irreversibles en su cuerpo que terminaron con su vida.
La Policía Científica secuestró un tarro de thinner con huellas dactilares, alcohol de bebé y ácido para limpieza. También se secuestró un cable de acero de freno de bicicleta con la que habrían intentado estrangular a la víctima.
Soledad Arrieta (38) estaba separada de Gustavo Cervera (40), con quien había discutido el día anterior y sobre quién recaen las principales sospechas. Es que hay comunicaciones de Cervera con familiares de Soledad que lo comprometen. El hombre ayer a las 2 llamó a la Policía y dijo que le habían entrado a robar y que a Soledad “la habían prendido fuego”.
Cervera es el único detenido por el hecho y en estos momentos es sometido a la audiencia de control de detención bajo la caratula de femicidio.
Pese a que los familiares le comentaron a la Policía que sabían que Soledad sufría maltratos y hostigamiento continuo por parte de Cervera, desde Fiscalía confirmaron a este medio que no había hasta el momento ninguna denuncia presentada por violencia que se hubiera judicializado.